Las intromisiones indeseables

Tras la culminación de la guerra fría, parecía que las manos visibles e invisibles de la política había dado un respiro de cierta independencia a los realización de eventos deportivos sin las restricciones que en momentos específicos impusieron las grandes potencias.

Sin embargo, penosamente observamos como en la actualidad se está recurriendo de nuevo a la fuerza para obstaculizar el desarrollo o participación de países en eventos.

Ese es un mal que la hace un daño incalculable a los atletas que tras una ardua tarea de preparación, se encuentran que no pueden competir por medidas adoptadas por la clase política, que siguen sin medir las consecuencias de sus actuaciones irresponsables.

En los últimos días, hemos visto como una delegación de Puerto Rico se ha visto impedida de competir en el torneo Premundial de Béisbol femenino, este mes en Venezuela.

Debido a que Puerto Rico es un estado libre asociado de Estados Unidos, tiene que regirse por sus órdenes, y que les advirtió a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Venezuela por las tensiones diplomáticas imperantes.

Otro caso que surgió el pasado fin de semana fue la negativa por parte de Estados Unidos de tramitar la participación del equipo nacional de Cuba ,en el VI Clásico Mundial de Béisbol que se disputará en Puerto Rico el próximo año.

La prohibición de esa tramitación, ha causado una molestia de tal magnitud, que el presidente , Miguel Díaz-Canel, calificó esa decisión como “inaceptable”.

Eso, venga de donde venga, debe detenerse, porque es un trato incompatible con los principios que establecen las competencias internacionales”, en las qur los atletas se “ganaron, en el terreno, en buena lid, su derecho” a participar en el Clásico Mundial.