¿Las instituciones o los individuos?

¿Las instituciones o los individuos?

¿Las instituciones o los individuos?

Hace poco compartía unas reflexiones acerca del rol del Estado actuando como empresa privada, en el cual también actúa como regulador del sector, y cuál debía ser el verdadero rol de las entidades públicas.

Las pláticas derivaron en el cuestionamiento de cuál es el problema fundamental de nuestra sociedad, que en vez de avanzar en humanismo, moral y ética toma un rumbo invertido.

Esto es, cada vez más hacia la pérdida de valores y hasta los mismos espacios fundamentales del núcleo social por excelencia: la familia.

Para comprender estas reflexiones basta con cuestionarnos en qué clase de país vivimos. ¿Es uno en el que cada día somos más indiferentes a la corrupción, que cada vez más queda impune y sin régimen de consecuencias? ¿Es un país con mayor preferencia hacia las bancas de apuestas que a las escuelas?

El problema no es solo de nuestro país, sino también de carácter global.

Vemos un Estado soviético donde su actual mandatario es un nuevo zar rodeado de oligarcas; una Venezuela sumida en un laberinto de corrupción y desgobierno jamás visto en las Américas; unos Estados Unidos de Norteamérica sin pelos en la lengua desafiando los aparentes valores tradicionales sobre los cuales se fundamenta esa nación.

Por más difícil que sea tratar de entender todo esto en un solo artículo de periódico, podemos adelantar nuestra apreciación de que la raíz fundamental de esta triste transformación radica en el alejamiento de los valores cristianos, como son la compasión, honestidad y amor por el prójimo sobre los cuales se fundamenta la sociedad occidental.

Sin un nuevo movimiento que nos lleve a recapturar los valores humanísticos, que bien a nivel mundial pudiera encabezar la propia Iglesia católica, y en el país la clase política, será difícil mejorar nuestra sociedad, puesto que las instituciones, sin la aplicación de los valores fundamentales, solo serán instituciones que respondan a los desvíos que actualmente nos caracterizan.