SANTO DOMINGO.-Las fracturas de la tibia y del peroné son las más frecuentes de los huesos largos, produciéndose en una población media aproximadamente 26 fracturas diafisiarias de tibia y peroné por cada cien mil habitantes por año.
De acuerdo a Marcelo Puello, ortopeda cirujano, en el adulto la mayor incidencia de fracturas diafisiarias de la tibia se observan en los varones jóvenes de 15 a 19 años de edad, con una incidencia de 109 por cada cien mil habitantes por año; en las mujeres adultas, la mayor incidencia de estas fracturas se observa entre los 90 y 99 años, con una incidencia de 49 por cada cien mil habitantes por año.
El especialista explica que estos casos en países desarrollados representan el 17 por ciento de todas las fracturas de huesos largos; de los cuales del 5 al 11 por ciento son de la diáfisis de la misma.
“Las fracturas de tibia se encuentran en íntima relación con los accidentes de tránsito, la mayoría de las de tibia y peroné abiertas son producidas por esta condición, representando el 65 % de las mismas, en accidentes de motocicleta”, indicó.
Dijo que las complicaciones que se pueden producir por este tipo de fracturas son: dolor en la rodilla, pérdida de partes blandas, síndrome compartimental, lesiones neurovasculares, deformidad de los dedos en garra y trombo-embolismos pulmonares que pueden desencadenar la muerte.
Mecanismos de lesión
De los mecanismos directos de lesión, la flexión de alta energía es la más frecuente en los accidentes de tránsito, que generalmente producen patrones de fracturas transversas, con minutas y con altos grados de desplazamiento, siendo este el que más produce fracturas abiertas y gran afectación de partes blandas. Mientras que las penetrantes son producidas por heridas por armas de fuego y el patrón de lesión es variable, ya que se encuentra relacionada con el calibre del arma, la distancia y la velocidad.
Puello aclara que la flexión de baja energía se produce por flexión en tres o cuatro puntos y generalmente producen patrones de fractura oblicuos cortos o transversos.
El último mecanismo es el indirecto, y se produce por torsión con el pie fijo o por caída de bajas alturas.
Agregó que para tratar estas lesiones se realiza el tratamiento conservador, sugerido en las fracturas aisladas, cerradas, de baja energía, mientras que el quirúrgico consta de muchas variantes, como el enclavado endomedular rígido y flexible, placas y tornillos y fijación externa.
Fracturas por género
37 Años es la edad media.
En las fracturas de la diáfisis de la tibia; en los hombres es de 31 años y en las mujeres 54.