Con la llegada de la pandemia por el Covid-19, el mundo quedó sorprendido, destapando una caja de pandora que además de arrodillar las naciones, también dejó al descubierto la realidad sanitaria y social de nuestro país.

Con la nueva pandemia, los gobiernos tomaron medidas de seguridad para poder salvar la vida de sus ciudadanos, ya que este evento histórico también amenazaba la economía de las distintas naciones.

En el caso de la República Dominicana, nuestro Gobierno aumentó el presupuesto destinado al Ministerio de Salud, Protección Social, Ministerio de Economía y el Ministerio de Educación, tomando medidas de distanciamiento social que tuvieron muy buenos resultados.

El Metro de Santo Domingo es una de las instituciones del país donde más se pudo visualizar el gran trabajado realizado para que sus usuarios guardaran el distanciamiento social para disminuir los contagios, labor que felicitamos, pero lo que no entendemos es su empeño por no flexibilizar sus medidas de seguridad.

Digo esto porque actualmente los usuarios del metro son sometidos a largas filas bajo el Sol, agua y sereno sin consideración alguna, supuestamente en cumplimiento de los protocolos, sin embargo, en la actualidad ninguna persona que no porte mascarilla y todas sus vacunas al día no puede ingresar al metro, por lo que esas incómodas filas carecen de sentido y son una gran pérdida de tiempo.

Resulta triste ver que una persona que sale cansada de un día de trabajo también tenga que ser sometida a una fila bajo la lluvia solo por capricho de las autoridades de esta institución o que una madre que deja sus hijos en la escuela tenga que llegar tarde a su oficina porque las autoridades del Metro así lo han dispuesto, porque si las cosas seguirán igual al tiempo cuando la pandemia estaba en su pico, ¿cuál es el motivo para solicitar las tarjetas de vacunación de forma obligatoria? Se supone que estas medidas son para que todo se vaya normalizando poco a poco y motivar a la población.

Sin irrespetar el orden de las instituciones, creo que la Dirección General del Metro debería considerar hacer ciertos cambios en sus medidas de seguridad porque las instituciones públicas están al servicio de la población y tengo entendido que una de las metas de este Gobierno es humanizar los servicios públicos y no está de más empezar por el Metro de Santo Domingo.