Podrían llamarse también fantasías eróticas. Son una recreación o representación mental de ideas o imágenes que las personas consideran eróticas, utilizadas para realzar o mejorar el comportamiento sexual.
En ellas, idealizamos situaciones, que al estar solo en nuestra imaginación no contienen detalles negativos, que aparecerían si pensáramos que pudiera ser una situación real.
Pueden poner de manifiesto deseos internos o situaciones que no queremos llevar a la realidad y que jamás realizaremos. Fantaseamos con situaciones erótico-sexuales que van desde rápidos destellos de imágenes sexuales hasta largos relatos mentales al estilo documental o micropelícula.
Todo ser humano en algún momento de su existir ha fantaseado. Con relación a las fantasías sexuales, en cualquier etapa o momento de la vida se tienen, sin embargo, la adolescencia es la etapa en que se presentan con mayor espontaneidad y frecuencia.
Algunas personas consideran inaceptables sus fantasías sexuales y físicamente imposibles. Justo esto es lo que hace que sea una fantasía, pues, si la plasma en la vida real deja de ser fantasía para convertirse en acción. Sus efectos van desde motivaciones sexuales, como es excitarse, hasta con ellas conseguir un orgasmo.
Varían dependiendo del sexo. El hombre tiende a fantasear más con relación a la capacidad sexual y al control de las situaciones sexuales, mientras que la mujer se centra más en las relaciones sentimentales.
Se pueden utilizar dentro del erotismo de la pareja sin causar trastorno alguno.
Fantasía sexual: fabuloso ingrediente para el disfrute sexual, individual o en pareja.