Es el día en el que las tiendas en Estados Unidos, ofreciendo grandes descuentos, inauguran la temporada navideña, la más lucrativa del año para gran parte de los negocios minoristas del país.
Y es que este viernes 24 de noviembre es el llamado Black Friday, una jornada en la que los consumidores estadounidenses -buscando regalos y persiguiendo ofertas- gastarán una parte de los US$967 que se estima en promedio invertirán en compras desde ahora hasta fin de año.
La práctica del Black Friday (y de su versión digital, el Cyber Monday que ocurre el próximo lunes) se ha extendido a otros países como Reino Unido y España, en Europa, así como a numerosas naciones de América Latina, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Paraguay, Uruguay o El Salvador.
Durante este día de compras, las tiendas en Estados Unidos suelen trabajar en horario extendido, abriendo sus puertas en muchos casos a la medianoche anterior para atender a los numerosos clientes que en ocasiones hacen largas colas ante sus puertas con varias horas de anticipación.
La causa de este frenesí consumista reside en que muchos comercios suelen anunciar los «mejores descuentos» de todo el año.
Esta promesa, sin embargo, no siempre se cumple.
Rebajas no tan únicas
De acuerdo con un estudio de Which?, una organización de consumidores de Reino Unido, más de la mitad de los productos que se ofrecieron en descuento en ese país con ocasión del Black Friday de 2016 estuvieron al mismo precio o a uno menor en otros momentos del año.
Este grupo de defensa de los consumidores hizo seguimiento a 35 productos populares de tecnología y de cuidado personal y concluyó que 60% de los mismos se encontraban en esa situación.
Entre las ofertas que, en realidad, no eran tan buenas, se incluía un televisor inteligente de 55 pulgadas en alta definición y con pantalla curva que se vendía en unos US$1.120 en una tienda de productos electrónicos. Sin embargo, se había ofrecido por US$66 menos durante 29 días del año y por US$104 menos en otros 18 días.
Lo mismo ocurría con otro televisor de 49 pulgadas cuyos vendedores decían ofrecerlo a «nuestro precio más bajo», pero que luego estuvo US$5 dólares más barato la semana siguiente al Black Friday y US$21 menos a finales de diciembre,
También había un cepillo dental eléctrico que se ofrecía con un descuento de 26%, pero que -en realidad- había costado US$6 menos durante al menos dos días de julio.
Los comercios responsables de estas ofertas señalaron que el Black Friday ya forma parte de su calendario de promociones anuales, durante el cual los consumidores tienen la oportunidad de obtener buenos descuentos y hacer ahorros sustantivos, pero que ello no excluye la posibilidad de que esos productos puedan ser ofrecidos con rebajas en otras épocas del año.
Las causas de los descuentos
En ocasiones, detrás de los jugosos descuentos ofrecidos durante el Black Friday se oculta el deseo de los comercios de deshacerse de mercancía que ya comienza a ser obsoleta o que ya ha sido sustituida por una nueva generación.
El diarioUSA Today hizo una evaluación de las ofertas de productos electrónicos disponibles en importantes cadenas comerciales de Estados Unidos y descubrió, por ejemplo, un televisor inteligente de 55 pulgadas que estaba siendo ofrecido en dos tiendas distintas con descuentos de US$400 y US$250 sobre la base de un precio original de US$649.
Pese a la reducción sustancial, el diario estadounidense advertía: «En nuestra experiencia estos televisores son bastante mediocres y casi nunca vale la pena comprarlos, incluso con precios tan bajos como estos«.
«Aunque la reducción de precio es significativa, no es posible hacer una buena compra de un producto malo», agregó.
El diario estadounidense también recoge el caso de unos audífonos inalámbricos que se ofrecen con descuento ahora, meses después de que su fabricante ya colocó en el mercado una nueva generación del producto dejando la anterior en la ruta hacia la obsolescencia.
Otro «truco» detrás de los jugosos descuentos reside en que se dan sobre la base de un «precio original» artificialmente alto, fijado así desde el principio entre el fabricante y el comercio para permitir que la tienda ofrezca lo que parecen ser una rebajas impresionantes.
En ocasiones, no se trata de un producto con precio artificialmente inflado sino de un llamado «derivado», un modelo del mismo producto que fue hecho por el fabricante original pero con materiales y partes más baratas con el objetivo expreso de que pueda ser ofrecido a un precio más bajo.
El riesgo en este caso reside en que, al estar fabricados de esta forma, tienden a dañarse más pronto y con más facilidad que el modelo original.
Consejos para comprar en Black Friday
La organización de consumidores Which? ofrece algunos consejos para las compras durante el Black Friday.
- Fijarse en el precio y no en el «ahorro». Vale la pena preguntarse si el producto que vamos a comprar realmente vale lo que cuesta. Así se evita el riesgo de caer en la trampa del precio original inflado artificialmente.
- Investigar con anticipación acerca de los productos que queremos. Determinar quién los vende y hacerles seguimiento a las distintas tiendas que lo ofrecen.
- Averiguar los precios en internet antes de ir a las tiendas. Verificar si se puede comprar en internet y luego ir a recoger los productos en persona otro día para evitar las colas.
- Ser precavido a la hora de comprar marcas desconocidas o modelos desconocidos de marcas conocidas (pueden ser un producto derivado).
- Crear con anticipación cuentas en los comercios que nos interesan para ahorrar tiempo y registrarnos para recibir sus newsletters con información sobre productos en oferta.
- Verificar si el comercio ofrece igualar los precios de la competencia, así como su política de devoluciones y de servicio postventa.