Cuando se crea una percepción que la inmensa mayoría considera válida, es muy difícil que se desvanezca con argumentaciones que no se sustenten en muchos hechos que le den la suficiente credibilidad para hacerla ver como falsa o equívoco.
Por eso, cuando las Estrellas Orientales tomaron la decisión de prescindir de los servicios como dirigente de Fernando Tatis, la mayoría, seguidores o no del equipo, entendieron que se cometió una injusticia, porque a él, a través de los años, se le vienen atribuyendo vastos conocimientos en el manejo de esa tarea.
Además, Tatis, como nativo de San Pedro de Macorís, es uno de los peloteros que más se ha identificado con las Estrellas, por lo que su salida, tal y como se produjo, no fue la mejor jugada, sencillamente sus ejecutivos batearon para triple play.
Al producirse la desafiliación de Tatis como dirigente se originó un disgusto generalizado que llevó tácitamente a los directivos a tener que admitir que fue un tremendo error, porque los petromacorisanos son regionalistas a más no poder, creen y apoyan a su gente.
Hay que agregar que su desvinculación, palabra muy de moda desde hace unos meses, se produjo cuando su hijo Tatis III, se encuentra en la cumbre de su carrera, y quien a instancia de su padre, se arriesgó y se enfundó el uniforme de las Estrellas, poniendo en juego lo más por lo menos.
Por lo tanto, esa recontratación como dirigente no es al azar, fue el producto de tanteos entre gente y público que tiene influencia directa o indirecta en el equipo.
Esperamos que en lo adelante su trabajo no deje fisuras y logre el mayor de los éxitos en la próxima temporada.