A medida que nos acercamos a las elecciones nacionales del 5 de julio próximo, crece el nerviosismo y la tensión en la población y, sobre todo, en los partidos políticos que terciarán en ellas.
Un factor que incrementa las tensiones es la publicación de los resultados de encuestas por parte de una gran diversidad de firmas encuestadoras, nacionales y extranjeras.
Como sociólogo debo señalar que la encuesta es un recurso válido que, correctamente aplicado es un procedimiento o técnica científica. Su aplicación puede permitir dibujar o traducir la realidad de manera bastante aproximada.
Lo esencial no es para ella la cantidad de personas seleccionadas a los fines de formar parte de la muestra, sino la condición de representatividad de sus integrantes con respecto a la totalidad de la población o universo estudiado.
Pero la verdad es que en el país se hacen Encuestas con mayúscula y encuestas con minúscula. Hay encuestas que buscan derivar la realidad responsablemente, y otras que buscan impresionar, sugestionar o manipular a la población, o a determinados “blancos” de ella. Diferentes a las encuestas hechas para manipular, hay encuestas serias que, más que para publicar, son para sondear o estudiar la situación y trazar estrategias.
Hay que decir que muchas encuestas persiguen retorcer o adaptar la realidad a los deseos de sus auspiciadores. Para lograrlo se valen de cuestionarios o selecciones de muestras que permitan el logro de sus objetivos.
Empresas encuestadoras con letras minúsculas son las que presentan resultados que cuando los comparamos con la realidad, lo menos que nos producen es vergüenza ajena.
Así vemos, por ejemplo, como la firma JDCMercadología en una encuesta aplicada durante un período de apenas 10 días anteriores a las elecciones municipales efectuadas el 15 de marzo, en el caso de la Alcaldía de Santo Domingo Este, proyectó unos resultados, en intención de voto, que favorecían en un 8.14 % al candidato Luis Alberto Tejada (Información publicada en un diario nacional, en fecha 7 de marzo de 2020).
Estos resultados proyectados fueron desmentidos por los acontecimientos, los cuales arrojaron una diferencia diametralmente inversa, registrándose una votación favorable para el candidato a alcalde, y hoy síndico, Manuel Jiménez, con una brecha de un 25.87 %.
Algo parecido aconteció con las elecciones para elegir la alcaldía del Distrito Nacional, entre los candidatos Carolina Mejía y Domingo Contreras. Mientras la encuesta estableció una diferencia entre ambos de apenas 1.55 %, lo acontecido registró una votación favorable a la primera, con un margen de diferencia de un 26.69 %.
Lamentamos el relajamiento y uso inadecuado que algunos hacen de las encuestas en la Republica Dominicana.
Reiteramos que la encuesta es un instrumento metodológico que bien usado es válido. Por eso demandamos y esperamos un uso pulcro de ella, porque el pueblo dominicano tiene absoluto derecho a no ser manipulado, a ser bien informado.