Las elecciones y la izquierda

Las elecciones y la izquierda

Las elecciones y la izquierda

 

La zafra electoral ha iniciado, pero nuevamente ha sorprendido al progresismo y a la izquierda dominicana, los sorprende con partidos divididos, con escasos niveles de estructuración a nivel nacional, sin una estrategia de afiliación clara o como diría el pueblo, asando batatas.

Tras las elecciones de 2020, varias de las organizaciones progresistas con reconocimiento electoral terminaron divididas, el Frente Amplio que en un momento estuvo conformado por el Partido Comunista del Trabajo (PCT), el Movimiento Popular Dominicano (MPD) y el Movimiento Rebelde (MR); hoy día queda solo el PCT como dueño de la casilla electoral, Alianza País y Opción Democrática también decidieron caminar por senderos distintos. Otras organizaciones con años de ejercicio político pero sin boletas, sufrieron rupturas importantes, como el caso de la Fuerza de la Revolución, de cuya escisión surgió Gentío para el Cambio.

Varias de las entidades señaladas, han realizado procesos internos de escogencia de sus candidaturas presidenciales, pero gran parte de la población ni se ha enterado.

Aunque hubo diálogos e intentos de alianzas y de escogencia de un candidato presidencial común entre estos partidos, la cosa no pasó de ahí. Durante años, todos los procesos unitarios entre la izquierda dominicana, o no han llegado a concretarse o han sido uniones muy efímeras. De manera paradójica, las alianzas con la derecha parecen ser procesos mucho más fáciles de lograr, quizás el ofrecimiento de un cargo en el gobierno o de una curul congresual, facilita los niveles de entendimientos.

Más allá de las interesantes propuestas que han elaborado los camaradas, son muchas las debilidades que se observan entre los marxistas que participarán en las próximas elecciones: 1) no tienen base social, 2) no han logrado realizar una buena campaña de afiliación, 3) no han diseñado una buena estrategia de marketing electoral, 4) no marcan en las encuestas, 5) muchos de los dirigentes principales están viejos ya, lo que evidentemente crea una desconexión con los más jóvenes y con las masas.

El panorama descrito, nos indica que el progresismo marcha hacia una triste y penosa participación electoral. Lo irónico del asunto es que mientras en RD se sigue celebrando la ola de triunfos de la izquierda latinoamericana, se asume de manera estoica la derrota de la izquierda local.