
BANÍ.-No hubo humaredas, camiones ni tractores, la presencia humana fue mínima y algunos de los lugareños sin esperar a que le preguntaran afirmaban ser plenamente conscientes de la importancia de preservar las áreas protegidas, pero las huellas de la depredación de las dunas, el parcelamiento y la quema de árboles endémicos con supuestos fines agrícolas eran notorios.
La alarma de la destrucción paulatina de la Reserva Científica Monumento Natural Félix Servio Docoudray (Dunas de Baní), la activó el obispo de la diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, y ha sido secundado por la sociedad Ecológica de Baní y dirigentes comunitarios de la sección Las Calderas, el paraje Las Salinas y el distrito municipal Las Matanzas, comunidades entre las que se distribuye el área protegida.
