Las desapariciones en RD: NO son percepción amplificada
En República Dominicana, la desaparición de personas es un fenómeno que, lejos de ser una percepción amplificada por las redes sociales, es una realidad tangible y alarmante. Desde 2017 hasta 2024, se han reportado 1,722 desapariciones, y solo en 2024, hasta octubre, se presentaron 177 denuncias, según cifras oficiales. Sin embargo, estos números no reflejan la totalidad de los casos, ya que muchas desapariciones no son denunciadas por miedo, desconfianza en las autoridades o desconocimiento de los procedimientos.
A pesar de la gravedad del problema, el departamento encargado de atender estos casos opera con un comandante departamental, un subcomandante, 20 investigadores y 10 agentes. Esta infraestructura limitada es claramente insuficiente para responder con rapidez y eficacia a la creciente demanda de investigaciones. La falta de personal, sumada a la ausencia de protocolos unificados y herramientas tecnológicas adecuadas, dificulta la resolución de los casos y deja a las familias en una angustiosa incertidumbre.
Frente a esta situación, es fundamental la implementación de un protocolo moderno y estandarizado que permita una respuesta institucional eficiente. Actualmente, la fragmentación del proceso de denuncia hace que los familiares de desaparecidos enfrenten barreras burocráticas que retrasan las investigaciones. Es urgente unificar los procedimientos de denuncia temprana, garantizando que cualquier entidad de seguridad pueda recibir y procesar la información de inmediato, sin dilaciones que comprometan la búsqueda. Las primeras 24 horas son fundamentales para preservar la vida y que no se borre la huella de las evidencias
Otro aspecto crítico es la falta de formación especializada en la investigación de desapariciones. La localización de una persona requiere técnicas avanzadas en criminología, análisis forense y rastreo digital. Para mejorar la efectividad de las investigaciones, es imprescindible fortalecer la formación de los equipos encargados de estos casos, dotándolos de conocimientos, herramientas tecnológicas y presupuesto que les permitan actuar con mayor precisión y rapidez.
Además, la magnitud del problema exige un enfoque intersectorial que involucre no solo a las fuerzas de seguridad, sino también a instituciones gubernamentales, organizaciones civiles y el sector privado. La desaparición de personas es un fenómeno complejo que responde a múltiples causas: violencia, trata de personas, problemas de salud mental, conflictos familiares y crimen organizado. Por ello, su abordaje debe ser integral.
Una solución clave para enfrentar esta crisis fue planteada en el “Diagnóstico de Desaparecidos 2017-2022” del Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (CESEDE) de Funglode, donde se presenta un análisis detallado, acompañado de sugerencias y recomendaciones. Entre ellas, destaca la necesidad de crear la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas, una entidad especializada dentro del Poder Ejecutivo que trabaje bajo cuatro pilares fundamentales:
- Prevención y sensibilización sobre la problemática de las desapariciones.
- Formación especializada para los equipos de búsqueda e investigación.
- Infogracias en los destacamentos que orienten al ciudadanos y las agentes que recibien los casos.
- Manuales de procedimientos unificados
- Implementación de tecnología avanzada para agilizar la localización de personas.
- Atención integral a familiares, brindándoles apoyo psicológico, asesoría legal y acompañamiento en el proceso de búsqueda.
El uso de la tecnología debe jugar un papel central en la modernización del sistema de búsqueda. La creación de una plataforma digital oficial permitiría centralizar la información de personas desaparecidas, mejorar la coordinación entre instituciones y facilitar la difusión de alertas en tiempo real.
Los desaparecidos no son una percepción, ni una simple tendencia en redes sociales. Sin embargo, a pesar de la evidencia y las estadísticas, las declaraciones oficiales han tendido a minimizar la crisis. Recientemente, el presidente Luis Abinader aseguró que “las desapariciones no han aumentado”, argumentando que la percepción pública ha sido distorsionada por la repetición de imágenes en redes sociales.
Aquí compartimos las cifras oficiales actualizadas hasta octubre de 2024. Estos datos provienen de la Policía Nacional; sin embargo, organizaciones no gubernamentales que trabajan en la búsqueda de desaparecidos reportan números aún mayores, lo que indica que la crisis podría ser más profunda de lo que reflejan las estadísticas oficiales.
La experiencia internacional ha demostrado que ignorar la magnitud de la crisis solo la agrava. En América Latina, varios países han adoptado mecanismos como la Alerta Amber, una propuesta que también fue presentada en el Congreso dominicano a través del diputado Jorge, ante el creciente número de casos. Desde el CESEDE, también se ha promovido la creación de unidades especializadas para enfrentar este desafío con mayor efectividad. República Dominicana no puede quedarse atrás. La inacción gubernamental y la falta de estrategias concretas solo perpetúan el sufrimiento de las familias y la impunidad de estos casos.
Desde el Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (CESEDE), hacemos un llamado a la acción. Las desapariciones en República Dominicana son una realidad que exige respuestas inmediatas. La implementación de protocolos eficientes, la profesionalización de los investigadores, el uso de tecnología avanzada y la creación de una entidad especializada no pueden seguir siendo postergadas.
No se trata de percepción ni de alarmismo infundado. Se trata de vidas humanas y de familias desesperadas.
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