Las fuerte denuncias sobre Puerto Rico que hace Bad Bunny en su nuevo disco

Un artista preocupado por la trascendencia, por dejar su huella en la historia de la música y no quedar como un fenómeno del momento, alguien interesado en generar cambios en su tierra natal más allá del ámbito cultural.

Así se presenta Bad Bunny en «Debí tirar más fotos», su sexto álbum de estudio, en el que a través de 17 temas hace un homenaje a la música que impactó su niñez, la nostalgia, el amor y la fiesta, y en el que denuncia algunas de las problemáticas sociales y políticas que enfrenta Puerto Rico.

El artista, quien creció en Vega Baja, un pueblo del norte de la isla, utiliza sus nuevas canciones para exponer ritmos autóctonos que son parte del cancionero boricua desde hace mucho, y han influenciado géneros como la salsa y el reguetón, pero que hasta ahora no habían logrado internacionalizarse.

Además, es una producción rodeada de simbolismos, como el uso del sapo concho, un animal endémico de la isla, en todos los materiales de promoción y en un cortometraje que sobre el desplazamiento de los residentes de Puerto Rico.

Para The New York Times, todos estos elementos hacen de «Debí tirar más fotos» la producción «más puertorriqueña» del artista.

Mientras, para el periodista cultural Hermes Ayala, quien también es rapero y ha colaborado en proyectos con Bad Bunny, el álbum es profundamente político.

«Es música que se arraiga en la realidad de nuestro pueblo. Puerto Rico, por su condición de colonia, ha tenido que mantener a flote su identidad a través de la cultura y el deporte», señala Ayala en entrevista con BBC Mundo.

No es la primera vez que Bad Bunny, quien comenzó a hacer música en 2013 mientras trabajaba en un supermercado y compartía sus temas de trap en la plataforma SoundCloud, usa su música para enviar un mensaje.

Por ejemplo, «Yo perreo sola» (2020) fue un tema con el que entró en el debate de las políticas de género, mientras que «Afilando los cuchillos» fue producido en el contexto de las protestas que pedían la renuncia del exgobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló en 2019 y «Una velita» (2024) retrata el precario estado de la red eléctrica de su isla.

En cuanto a su nuevo disco, el artista reconoció su carácter político en una conversación con The New York Times: «Hay muchos versos políticos que no se pueden distinguir como tal».

«¿Cuál es el propósito de que yo esté aquí, en esta posición? ¿Qué sigue? Te mueres y eso es todo… Estaba pensando en eso y dije: ‘Debería hacer algo donde pueda plantar una semilla'», agregó.

Las denuncias

«Debí tirar más fotos» ya es el disco más reproducido a nivel mundial en Spotify y Apple Music, y ocupa el primer lugar de la lista Top Latin Albums de Billboard.

Bad Bunny fusiona en sus canciones bachata, bolero, salsa, música campesina puertorriqueña, bomba y plena con reguetón, así como sonidos electrónicos contemporáneos.

Algunos temas hacen críticas directas, mientras que otros son más sutiles.

«BoKete», por ejemplo, es una canción en la que el boricua compara a un amor que quiere olvidar con la pésima condición de la infraestructura vial de la isla.

«Tú ere’ un boquete en PR, por eso es que te esquivo. Ya no hay más poema’ pa’ ti, este es el último que escribo», canta.

En Puerto Rico, «boquete» es sinónimo de «hueco».

Para Sayre, de la cadena estadounidense NPR, en el tema «TURiSTA» Bad Bunny «canaliza su corazón roto y hace una analogía con el turismo irresponsable que afecta a su tierra».

«Tú solo viste lo mejor de mí y no lo que yo sufría», dice la canción.

En la salsa «MuDANZA», el artista recuerda la censura que impuso EE.UU. en Puerto Rico durante las primeras décadas del siglo XX, luego de haber invadido la isla y recibirla como botín de guerra por parte de España.

«Aquí mataron gente por sacar la bandera. Por eso es que ahora yo la llevo donde quiera, cabrón, ¿Qué fue?», señala.

Pero el tema más político del disco es sin duda «LO QUE LE PASÓ a Hawaii», que muestra la posición del cantante sobre el estatus de Puerto Rico como territorio no incorporado de EE.UU.

«Bad Bunny hace una fuerte declaración a favor de la independencia sobre la anexión de Puerto Rico como estado de EE.UU. y advierte sobre cuál podría el futuro de un Puerto Rico que ya no pertenece a los puertorriqueños», dice Sayre.

En la canción también habla sobre el éxodo masivo de jóvenes que se han ido de la isla escapando de una profunda crisis económica y política.

«No quería irse pa´ Orlando, pero el corrupto lo echó. Y no sabe hasta cuándo», suelta en un verso.

La bomba y la plena

Aunque no todas las canciones son explícitas en cuanto a las denuncias que hacen, «Debí tirar más fotos» como disco en sí mismo es un mensaje político, dice el periodista Hermes Ayala.

Y es que Bad Bunny busca dar nueva vida a estilos musicales que durante décadas han sobrevivido a las imposiciones de la industria musical y a los intentos de aculturación por los que pasó Puerto Rico.

Es el caso de la bomba y la plena, ritmos de origen afropuertorriqueño que forman parte de las expresiones folclóricas más importantes de la isla.

«DtMF», el tema que da nombre al álbum y que el artista lanzó con un cortometraje que también denuncia la gentrificación en Puerto Rico, es una plena moderna.

«Yo espero el disco sirva para que gente se interese por profundizar en estos géneros», sostiene Ayala.

«Ambos fueron utilizados como métodos de denuncia y resistencia. La plena era conocida como el periódico del pueblo, sus letras reflejaban la realidad del día a día y era muy característica de las huelgas de trabajadores a principios de siglo XX. Por su parte, la bomba, que se originó hace siglos, surgió de la necesidad de los esclavos de manifestarse durante el dominio español», continuó.

En el disco, Bad Bunny también hace referencia a la influencia de los puertorriqueños en géneros como la salsa y el reguetón, con temas como «NUEVAYol», que tiene tonadas de «Un verano en Nueva York» de la orquesta Gran Como de Puerto Rico, y «EoO», una oda al «perreo» de la década de 1990.

Para Ayala, Bad Bunny busca que «lo viejo vuelva a ser nuevo sin dejar de ser viejo».

Lo hace como un artista con plena consciencia de los problemas de su generación.

«La generación de Bad Bunny no vivió la bonanza económico de Puerto Rico de los años 90. Les tocó la crisis económica y las medidas de austeridad impuestas por una Junta de Control Fiscal designada por EE.UU. Es una generación que vivió situaciones de vida o muerte, que fueron gestionadas de forma cuestionable por el gobierno, como el huracán María», comenta.

Por eso, agrega, la música del Conejo Malo «no solo puede mostrar alegría, sino también la historia de lucha de los puertorriqueños, un pueblo que se niega a dejar de existir».