La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) ha sido reiterativa con el pronóstico de que se avecina una hambruna mundial. Esto debido a varios factores que se han sumado: la situación postpandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, y sobre todo por los efectos del cambio climático y su impacto en las lluvias.
Ante este escenario podemos agarrarnos la cabeza y esperar el golpe… O bien, prepararnos para enfrentar esa situación, resistirla, e incluso aprovecharla.
El promedio pluviométrico mundial es de 800 milímetros al año, sin embargo, en la República Dominicana es de 1500 milímetros, casi el doble del promedio mundial.
Ante esta realidad, nuestro país puede, si usa eficientemente sus recursos hídricos, en especial el agua en la agricultura, mantener sus niveles de producción en medio de una sequía mundial, y de esa manera garantizar la alimentación de nuestro pueblo, al tiempo que nos insertamos en mercados internacionales en los cuales no hemos sido competitivos.
La cantidad de lluvias que cae en nuestro país, nuestra distribuida red montañosa, nuestras vastas extensiones de terrenos fértiles, la cultura de producción de nuestro pueblo, y la ubicación geográfica de nuestro país, son elementos que nos colocan en el carril de adentro para superar y aprovechar las situaciones que vienen.
Las oportunidades son calvas y hay que agarrarlas por los cabellos. Esta es una gran oportunidad, es solo tener como país la visión y voluntad necesarias. La decisión que tomemos hoy cambiará nuestro destino para siempre.