Santo Domingo.-Cada día el mundo empresarial vive procesos de cambio, que son necesarios para mejorar la competitividad y encarar desafíos que sólo llevan al crecimiento.
Una de las ventajas de poner el trabajo que se hace en manos de expertos, con procesos de evaluaciones o certificaciones, viene precisamente de que estas representan confianza, compromiso, liderazgo y responsabilidad, siendo estas voluntarias y no obligatorias.
César Duque Pérez, ingeniero de Sistemas, con experiencia en la dirección y gestión de proyectos e incubadoras empresariales, explica que cuando una empresa decide pasar por un proceso de certificación demuestra que esta es capaz de de cumplir, proteger y responder sistémicamente, de manera coherente, ante sus necesidades, la de sus clientes, sus empleados, la comunidad, el medio ambiente, el gobierno, en fin, todas las partes que de alguna manera tengan interés en sus actividades, o se vean afectadas por las mismas, en su entorno.
Estimulan el comercio
El experto dice que estas normas estimulan el comercio y ayudan a crear reglas de juego equitativas basadas en la confianza, ya que obligan a que las organizaciones, de manera responsable, sean más competitivas con operaciones enfocadas a satisfacer, o exceder si es posible, las necesidades de sus clientes protegiendo nuestro medio ambiente.
“El reto es muy interesante, ya que la ISO 9001 requiere que la organización cuente con procesos enfocados a proveer servicios o productos que agreguen valor cumpliéndole a sus clientes, y la ISO 14001 requiere que la organización asegure que en todo el ciclo de vida del producto o servicio se eliminen o controlen los posibles impactos negativos al medio ambiente, de cualquier naturaleza, obligando a controlar desde la adquisición de materia prima que se requiera hasta la disposición que hará el cliente final con el producto o servicio después de su uso”, dijo.
Duque Pérez, quien es gerente del Circulo Empresarial de Competitividad (Cirecom), afirma que estos esquemas ayudan a generar organizaciones de clase mundial, preparadas para superar barreras o asumir retos gracias al sistemático cumplimiento y control de sus operaciones, lo que redunda en competitividad al servicio de las personas y el planeta con beneficios económicos.
El primer paso que estas deben dar a la hora de comenzar a evaluarse es saber que “la alta dirección” de las empresas esté convencida y se comprometa con el proceso, esto es muy importante, de aquí parte todo, ya que se requieren recursos, decisiones y tiempo para cumplir tanto con los requisitos que exigen las normas como con los propios de la empresa.
Refiere que en este proceso es clave todo el personal, todos sin excepción deben estar informados y capacitados durante todo el proceso y debe estar liderado por un equipo de trabajo multidisciplinario, conformado por lo general con los líderes de la organización.