Periódicamente el papa Francisco transmite un mensaje por Youtube que se comparte en diversos medios de comunicación.
En uno de los más recientes, con su peculiar estilo de pastor y formador humilde y cercano, nos invita a aprovechar las redes sociales para comunicar el bien y trabajar por la paz.
¡Qué oportuno y pertinente el llamado del papa!. En vez de perder el tiempo en Facebook o Instagram, difundir violencia y tragedias, o contaminarnos del narcisismo o la adicción que pueden producir las redes sociales, restando calidad de vida y felicidad, tenemos el reto de convertirlas en herramientas para mejorarnos y mejorar a otros, a partir de las siguientes acciones:
1. Educar y educarnos
Las redes nos permiten compartir contenidos que eduquen y no deformen. Compartir lo bueno, debería ser un principio ético en el uso de las redes sociales.
Mientras se crean códigos globales que controlen la proliferación de la estupidez y la mentira, está en nuestras manos parar su difusión.
Detener el morbo, el chisme y la difamación es una responsabilidad personal. Si queremos educar, promovamos lo que construya, no lo que destruya.
Además, las redes sociales permiten democratizar la educación porque conectan a los usuarios con miles de ofertas educativas gratuitas ‘online’ que ofrecen centros educativos de prestigio a nivel mundial que están al alcance de todos. Depende de nosotros aprovecharlas.
2. Ser solidarios
Las redes sociales pueden ser espacios para la solidaridad en todas sus vertientes. Conectar la gente con la necesidad nunca fue tan fácil como ahora. Las redes sociales pueden ser ese puente para mover sensibilidad, salvar vidas, apoyar y ser solidarios.
La plataforma change.org es un hito en Internet. Sus redes sociales tienen millones de personas conectadas a la protección medioambiental, los derechos de las mujeres, la lucha contra la corrupción y otras causas. Solo con un clic podemos sumarnos a la solidaridad.
3. Promover oportunidades
El alcance de las redes sociales en la difusión de información es inimaginable. Aprovechar al máximo su potencial para la empleabilidad y el emprendimiento en los más jóvenes es una extraordinaria oportunidad para la innovación y la competitividad.
Además de lo anterior, las redes son una herramienta de mejora para los gobiernos. La visibilización de los problemas sociales y la exigibilidad de respuestas fortalecen el sistema político y la democracia.