Las benditas comparaciones sobre la supremacía de un atleta sobre otros, han sido siempre plato fuerte de discusiones enérgicas entre fanáticos, técnicos y periodistas.
En el país, las más candentes, que recuerde, se producían entre fanáticos de Manuel Mota y Mateo Rojas Alou, jardineros de los Tigres y Leones, respectivamente.
Nunca los “contendores” se han puesto de acuerdo, incluso hace unos días, en un encuentro, cuya edad de los “conmilitones” sobrepasaba los 55 años, todavía transcurrida varias décadas, mantienen posiciones radicales.
Desavenencias similares, originaron los intermedistas Julián Javier de las Aguilas, y Pedro González de los Tigres.
Hoy, revisando las estadísticas, tanto de aquí como de Grandes Ligas, no debe ser tema de debate que Julián tiene números y contribución superior a las de Pedro.
Se hace muy difícil evitar las confrontaciones, que “a la corta o a la larga” abonan a mantener viva la pasión por un deporte.
Esa pasión por determinar la supremacía de un atleta sobre otro, no solo se produce aquí, es una cultura universal, siendo las más trascendentes todos estos años, la de Pelé-Maradona, Ronaldo-Messi y Lebrón- Jordan.
Para una mayoría Pelé fue superior a Maradona, pero quienes siguen al argentino lo califican como una “barbaridad e irrespeto”.
Entre Messi y Ronaldo, hay que esperar, porque ambos tienen estadísticas muy parecidas y están en plena actividad competitiva.
Sobre LeBron y Jordan será tema de debate por décadas, pero o serán las estadísticas, las que al final juzgarán la realidad, sin ninguna intervención de subjetivismos.