El doctor Waldo Ariel Suero y el Colegio Médico Dominicano tienen sobradas razones para reclamar a las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) un aumento de los honorarios, no solo por lo insignificantes que actualmente son estos, sino también por las ganancias astronómicas que obtienen estas entidades por el solo hecho de servir de intermediarias en el negocio, porque eso y no otra cosa es la salud para estas.
Desde luego, nada más odioso que un paro de labores en un hospital o clínica privada. Aquí y en cualquier parte del mundo, una huelga médica es indeseable, y más aún en medio de una pandemia como la del coronavirus.
Sin embargo, amor (ni dolor) quita conocimiento. El reclamo que hace el gremio Médico se justifica toda vez que el pago por consulta a un galeno es menos de lo que paga el paciente por un servicio de Uber. Por cada día que dure un paciente ingresado en una clínica, un especialista no recibe más que 620 pesos de la ARS, menos de lo que gasta el familiar en picapollos, taxi y propina al guachimán.
Los médicos llevan años reclamando que las intermediarias llamadas ARS les mejoren los honorarios que les pagan.
Personalmente creo que la sociedad y el gobierno deben plantearse seriamente si estas empresas privadas tienen razón de ser. Al menos debería discutirse el margen de beneficios que tienen, porque ni médico, ni el paciente y por tanto tampoco la sociedad obtienen ningún beneficio. Todo lo contrario.
La deuda del Gobierno con las aseguradoras de riesgos de salud (ARS) por concepto de cobertura a los pacientes de COVID-19 asciende hasta la fecha a RD$4,841 millones, de los cuales RD$3,801 millones corresponden a deudas por pruebas PCR.
Para colmo, la decisión de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) del pasado 16 de abril fue limitadas a la realización de las pruebas PCR a una al año bajo cobertura de las aseguradoras privadas.
Hay que decir que hasta ahora, todas las pruebas que se han hecho las ha cubierto el Estado con los impuestos que pagamos los ciudadanos. Y las ARS… muy bien, gracias. Luego se dijo que los hospitales públicos continuarán haciendo las pruebas que sean necesarias. El tema son los seguros privados. Y entonces, ¿para qué sirven?
En el informe “Crisis en el país, ganancias en las AFP y las ARS”, elaborado por Airon Fernández y Matías Bosch, para la Fundación Juan Bosch apunta que entre enero y agosto de 2020 los beneficios de las ARS privadas alcanzaron los RD$2,859 millones, superando por mucho los beneficios obtenidos en igual período en cualquiera de los años previos cuando alcanzaron los RD$1,236.9 millones en 2019 y RD$1,893 millones en 2018.
Hasta ayer, 3,462 dominicanos (mal contados) habían perdido la vida. Miles perdieron sus empleos. Numerosas empresas quebraron, algunas no volverán a abrir.
Para recuperar parte de lo perdido, el gobierno, los empresarios, los empleados públicos y privados tendrán que hacer un gran sacrificio.
Acaso no es tiempo también de que las ARS “sacrifiquen” algo, comenzando por subir los honorarios a los médicos, cubrir las pruebas PCR de sus afiliados, como corresponde a un verdadero seguro médico.
Creo que sí se puede, a menos que de verdad sea, como dice el título de este escrito: un atraco.