Con el atrayente título de “Amazonas del silencio”, la escritora dominicana Dinorah Coronado se reafirma como novelista de prosa seductora y eficaz que construye cautivadores argumentos.
En esta obra de tono intimista, ella explora la dimensión humana, el tesón, la voluntad y la fuerza del amor y la solidaridad. Las vidas entrelazadas de dos grandes amigas, Vivian y Clara, son narradas de forma fluida.
La lectura de esta historia nos remite a otras novelas intimistas como son “El amante”, de la francesa Margarite Duras, y “El infiel”, de la dominicana Ofelia Berrido.
La autora, radicada en los Estados Unidos, demuestra su experiencia y destrezas narrativas. Fundamenta las historias en los diálogos que se producen entre dos mujeres contemporáneas, vinculadas por una larga e intima amistad.
El diálogo en la narrativa tiene la particularidad de que nos acerca de manera directa a los personajes y permite que se expresen los pensamientos más recónditos sin la intermediación de la voz narradora.
La autora emplea profusamente el diálogo directo. Por ende, esta obra debe ser leída con suma atención, para poder comprenderla y percibir cuándo habla Clara o cuándo lo hace Vivian.
Sobre todo en los primeros capítulos de la narración, Clara lleva la voz dominante y Vivian tiene una participación limitada. El rico intercambio verbal, salpicado de sentimientos, se irá equilibrando en la medida en que se producen las transmutaciones en el estado de Vivian.
Las amigas se van revelando y a través de sus palabras se exponen sus dramas, luchas y vivencias como inmigrantes. Conocemos sus visiones acerca de nuestro país, del que han emigrado, pero que se mantiene gravitando en sus recuerdos.
Vivian se entrega a la solidaridad de Clara. Ella recibe amorosamente los cuidados de su amiga, la hermana elegida. Vivian se irá transformando, y por ende sus conversaciones y razonamientos se harán más frecuentes, sagaces y largos.
Si bien predomina el diálogo en esta novela, este es intercalado con los monólogos de Clara, que se erige en la voz dominante. Ella transmite un cierto lirismo en sus expresiones. Se trata de una escritora, de una mujer vinculada al mundo intelectual, que ha obtenido una sólida formación.
La pintora, la creadora hasta entonces limitada por la enfermedad, cuenta el secreto de su curación milagrosa y anuncia su disposición de emprender una nueva vida.
Estas amazonas son seres dedicados que aman, han cuidado a sus hijos y esposos, han cultivado el intelecto y son pródigas en el terreno fulgurante de la creación. Son creyentes, que confían en la pureza del alma. Son mujeres formidables, que vencen las limitaciones y van paso a paso en pos de sus objetivos de crecimiento. Son las amazonas de Dinorah Coronado, que también la reflejan a ella como creadora de este cosmos narrativo.
La obra puede ser analizada desde distintos prismas, pues aunque la autora se adentra en el mundo de los sentimientos, no se circunscribe a esbozar exclusivamente la esfera íntima.
Las evocaciones del pasado y las vivencias experimentadas en la República Dominicana forman parte del amplio repertorio de los recuerdos y aparecen con frecuencia en las conversaciones de las dos protagonistas. Son vivencias que las han formado como amazonas imbatibles, de espíritu fuerte y voluntad indoblegable.
Al margen de las historias centrales, en la novela subyacen problemáticas de nuestros tiempos, los avatares que padecen quienes se van del terruño y deben adaptarse a vivir en una realidad distinta.
La obra no elude la realidad social y la aspereza de ciertos espacios en la isla. Problemas del país de origent como son el analfabetismo y los abusos de poder encuentran eco en sus páginas.
Vivian y Clara se complementan. La una es el alter ego de la otra. Ambas se entregan a esa amistad con los ojos cerrados.
La lectura de “Amazonas del silencio” nos deja tiernas resonancias con su vívida y luminosa escritura. Reafirma la creencia en la riqueza del ser humano y en el valor de la amistad y la solidaridad, prendas apreciadas en todas las épocas.