Al expresidente Fernández lo apoyan solo uno de varios sindicatos de choferes, algunos grupos de la UASD, la esposa del presidente del Senado y una fervorosa claque de su círculo íntimo.
Pero a diferencia de Abinader y Gonzalo, que exhiben adhesiones nuevas casi diariamente como representantes ambos del ansiado relevo político, Leonel sigue acompañado por prácticamente la misma gente: Félix Bautista, Franklin Almeida, los Vinchos, Radhamés Jiménez y ahora, según algunos de sus áulicos de Twitter, por Euclides Gutiérrez, aunque este no haya manifestado eso claramente, sino que basta que no apoye a Gonzalo para los leonelistas considerarlo suyo.
Ah, pero también está “el pueblo”, a quien Leonel clama para enfrentar lo que llama despectivamente “el poder”, como si buscando su cuarta presidencia anhelase regresar a un monasterio budista y no al Palacio Nacional.
Quizás hay más antiguos leonelistas apoyando a Gonzalo que cuantos promueven una vuelta al pasado con su retorno. Esa simpleza podría explicar los prematuros pataleos leonelistas deslegitimando a la JCE y las primarias. Crónica de fracaso esperado…