Semana Mundial de la Lactancia Materna 2024
La lactancia materna es más que una simple práctica nutricional; es una experiencia profunda que establece un vínculo único entre madre e hijo.
Dicho vínculo se desarrolla a través de una compleja interacción de factores biológicos, emocionales y psicológicos que contribuyen al bienestar y al desarrollo integral del niño.
Desde el momento del nacimiento, el contacto piel con piel que se da durante la lactancia fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo. Este contacto inicial es fundamental para el desarrollo emocional del bebé, ya que le proporciona una sensación de seguridad y confort.
La cercanía física durante la lactancia estimula la liberación de oxitocina, conocida como la «hormona del amor», tanto en la madre como en el bebé.
En la madre, la oxitocina favorece la contracción del útero, ayudando a su recuperación postparto, mientras que en el bebé, promueve una sensación de calma y bienestar.
Comunicación no verbal
La lactancia también juega un papel crucial en el establecimiento de una comunicación no verbal entre madre e hijo. Durante la alimentación, la madre y el bebé intercambian miradas, sonrisas y gestos que fortalecen su conexión emocional.
Este intercambio constante de señales y respuestas permite que el bebé desarrolle una mayor confianza en su madre, lo que a su vez fomenta un desarrollo emocional saludable.
Además, la lactancia materna ayuda a establecer un patrón de comportamiento que influye en la forma en que el bebé percibe y responde a sus necesidades emocionales.
Cuando un bebé es amamantado, experimenta una satisfacción inmediata de sus necesidades físicas y emocionales, este proceso contribuye a la formación de un apego seguro, que es esencial para el desarrollo emocional y social del niño.
Los estudios sobre la lactancia han demostrado que los niños que experimentan un apego seguro que tienden a desarrollar una mayor autoestima y habilidades sociales a medida que crecen.
En el contexto de la lactancia, la madre también juega un papel fundamental en el desarrollo de la identidad y el sentido de seguridad del bebé, a través de la interacción continua y la respuesta a las señales del bebé, la madre proporciona un entorno predecible y confiable que contribuye al bienestar emocional del niño, este entorno de apoyo constante es crucial para que el bebé se sienta amado y valorado.
Empatía y comprensión entre madre e hijo
Durante la lactancia la madre aprende a interpretar las señales del bebé y a responder de manera efectiva a sus necesidades, lo que fortalece su capacidad para establecer una comunicación afectiva, la comprensión mutua se traduce en una relación más armoniosa y equilibrada.
Cada año la Semana Mundial de la Lactancia Materna se conmemora durante la primera semana de agosto (del 1 al 7), siendo el lema general de 2024 ‘Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos’.