La zona fronteriza gana peso en la economía, pero enfrenta desafíos laborales

La zona fronteriza está ganando protagonismo en la economía nacional, pero sus habitantes siguen enfrentando profundas desigualdades laborales que frenan el desarrollo de la región.
De acuerdo con el informe “Estructura del Empleo en la Zona Fronteriza de la República Dominicana”, publicado por el Ministerio de Economía, en 2022 las siete provincias que conforman esta zona generaron un valor agregado nominal de RD$232,659 millones, lo que representa un 4% del total nacional.
Indica que esta cifra supone un crecimiento significativo frente al 3.11% registrado en 2015, evidenciando una mayor participación económica de la región.
Sin embargo, el dinamismo económico no ha sido suficiente para traducirse en bienestar laboral.
Te puede interesar leer: Aumentan los costos de construir en RD: herramientas y materiales encabezan las alzas
Alta informalidad y desempleo juvenil
La zona alberga una población de 531,362 personas, equivalente al 4.94% de la población total del país, según el Censo de 2022.
A pesar de este volumen demográfico, el estudio resalta que solo el 58.4% de la población en edad de trabajar está ocupada.
Asimismo, destaca que más preocupante aún es que el desempleo abierto afecta al 5.4% de la población económicamente activa (PEA) y el desempleo ampliado alcanza el 10.8%, lo que revela una gran cantidad de personas disponibles pero sin oportunidades reales de empleo.
Subraya que esta problemática social afecta mayormente a los jóvenes, los cuales enfrentan las tasas de desempleo más altas, por lo que menciona la urgente necesidad de políticas de formación, capacitación y empleo juvenil.
En cuanto al perfil del empleo en la frontera, revela que casi la mitad de los ocupados (47%) trabajan por cuenta propia, mientras que el 22.5% trabaja para el Estado, una proporción que duplica la del resto del país (13.5%).
En contraste, dice que solo el 24.8% es empleado del sector privado, frente al 43.4% en el resto del país, lo que refleja una economía con alta dependencia del Estado y bajo desarrollo del sector privado, lo que limita la creación de empleos formales y sostenibles.
Baja escolaridad y brecha de género
Otro reto estructural que especifica el informe es el bajo nivel educativo de la población fronteriza.
Puntualiza que más del 50% de quienes no tienen ningún nivel educativo están empleados en actividades agropecuarias y de comercio, sectores caracterizados por su baja productividad y escasa protección laboral.
Además, persiste una brecha de género significativa. Aunque en la Zona Fronteriza predomina una población masculina (51.2%), las mujeres tienen menos acceso a empleos formales y enfrentan mayores barreras para integrarse al mercado laboral.
Destaca que la agropecuaria continúa siendo el principal sector empleador en la zona, tanto en áreas rurales como urbanas. Le siguen el comercio, otros servicios y la construcción. No obstante, estos sectores, aunque absorbentes de mano de obra, presentan baja productividad, lo que limita los ingresos y el desarrollo económico de la población.
En zonas urbanas, el empleo es más diversificado, incluyendo administración pública, enseñanza y salud, especialmente para quienes poseen educación secundaria o superior.
El informe del Ministerio de Economía deja en claro que la zona fronteriza necesita más que crecimiento económico, por lo que se requiere una estrategia integral de desarrollo, que incluya inversión pública y privada, fortalecimiento de la educación y la formación técnica, así como programas de empleo juvenil y de inclusión laboral para mujeres.
Finaliza que si bien el aporte económico de la frontera va en aumento, su verdadero potencial solo podrá desarrollarse si se garantiza el derecho al trabajo digno para todos sus habitantes.