Santo Domingo.– Ahora que tenemos la primera versión sobre la cantidad de personas que salió de Mauritania el día 22 de enero pasado en una pequeña embarcación, que tocó tierra seis meses y 16 días después en la costa norte dominicana, es posible hacerse una idea del drama en alta mar.
Un despacho del fin de semana de la agencia española de informaciones Efe dice que eran 77 los migrantes mauritanos y segaleses cuando partieron de Nuakchot, la capital mauritana.
La cifra de 77 viajeros fue aportada por la ONG española Caminando Fronteras, que hizo el calculó luego de conversar con parientes en los dos países del occidente africano, cercanos de las islas de Cabo Verde, un entorno donde tiene su origen algunos de los huracanes del Atlántico.
En la costa norte dominicana, después de recorrer más de 5,600 kilómetros, fueron hallados los restos de 14 personas, algún dinero, cocaína y teléfonos móviles que acaso utilizarían para la comunicación con sus parientes una vez en alguna de las islas de Canarias, a donde suelen dirigirse los migrantes de estos dos y de otros países africanos.
En el despacho de Efe, fechado el pasado día 24, se pone a hablar a Helena Maleno, de Caminando Fronteras. Según la activista, los parientes africanos hacen preguntas: «Dónde está el resto de los cuerpos.
Si iban a bordo 77, ¿dónde están los demás?», y explica que mientras pueden, los supervivientes arrojan al mar a los que han muerto hasta que no queda nadie con vida o fuerzas para seguir echando cadáveres.
Mueren de hambre, sed y posiblemente de insolación.
Todavía el Gobierno dominicano no tiene una versión de este hecho insólito. Todo lo que sabemos se lo debemos al periodismo.
La embarcación, yola decimos, es más larga que las nuestras. Tiene 40 pies de eslora y esto llamó la atención de los dos pescadores que la avistaron el pasado día 6.
Ayer y hoy
— Drama de África
En los tres siglos de la trata de esclavos entre África y las colonias europeas murieron millones arrebatados de sus aldeas. Hoy, siglo XXI, mueren miles empujados a Europa tras la realización material o el sueño de Occidente.