Aún recuerdo la primera vez que presencié un escenario de violencia hacia una mujer, el esposo de la víctima le propinó un sinnúmero de martillazos en la cabeza tan solo porque él llegó a la casa y no encontró comida en la mesa, yo era apenas una niña, primera vez que presenciaba tanta sangre y ese olor nunca se borrará de mis recuerdos, por suerte, ella sobrevivió, pero ahora sufre de trastorno mental.
Desde muy pequeña desarrollé un gran sentido de humanidad y empatía, desde los 12 años me monté en un viaje donde conocí la gran importancia de la lucha por los derechos humanos y la justicia social y todavía no he llegado a mi destino final.
Luego de participar en varios grupos y trabajar en proyectos para la lucha contra la violencia de género, empecé a laborar en un organismo que cambiaría mi forma de ver este tema tan delicado y doloroso, ¡no es lo mismo impartir un taller que salvar una vida!
Casi a diario nos llega una mujer violentada por su pareja, nos cuenta el infierno que vive y nos ve como esos superhéroes que librarán una batalla contra el reloj y la muerte, como David contra Goliat. Es muy triste tener contacto con una mujer maltratada y esto es, por su nivel de fragilidad y la violencia que replica hasta en su forma de hablar.
Según las estadísticas de la Procuraduría General de la República Dominicana,
todos los años hay un aproximado de 200 mujeres que son asesinadas por su compañero sentimental, 200 familias que son totalmente marcadas por esta lamentable situación y los daños colaterales son terribles, porque después de un feminicidio, hasta la comunidad donde ocurre el hecho está sujeta a cambiar.
La violencia física, sexual, psicológica y el acoso son las formas de violencia de género que más se manifiestan en la República Dominicana, donde vergonzosamente encabezamos las tasas más altas de feminicidio en América Latina, ¡somos un país que mata a sus mujeres!, pero hay un tipo de violencia de la que me gustaría hablar y es la violencia mediática que es aquella que se apoya en los medios de comunicación para perpetuar y normalizar la violencia contra las mujeres, esto se logra a través de publicaciones donde se muestra imágenes, escenas y signos estereotipados que reproducen la desigualdad y discriminación en las relaciones sexo/género mostrando la inferioridad de la mujer en la sociedad.
Para nadie es un secreto que las mujeres dominicanas en los medios de comunicación son mostradas como un objeto y son cosificadas, donde en los programas de televisión, a los hombres los visten de forma decorosa y decente y a las mujeres de forma provocativa y en ocasiones dejando en evidencia sus partes íntimas, los camarógrafos enfocan su vulva y muchos presentadores utilizan un lenguaje sexista y tocan el trasero de estas profesionales de la comunicación y todo ocurre en un horario familiar, lo cual evidencia el metamensaje que nuestra población está recibiendo.
Los medios de comunicación son una pieza clave en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, es por eso que deben filtrar o cuidar el contenido que estos reproducen, porque tienen un impacto directo sobre la sociedad, ya que, dictan un estilo de vida, de hecho, también es muy incómodo como manejan estos temas, lo digo, porque cuando una mujer busca ayuda para que su pareja no la mate, en vez de localizar los organismos de socorro correspondientes, muchos medios se aprovechan de esta noticia y hacen un show mediático.
Cuando una mujer está siendo masacrada y siente que su vida corre peligro, lo último que necesita es que expongan su tragedia al público, creo que el Ministerio de la Mujer, la Procuraduría y la Presidencia de la República deben crear campañas enfocadas en los medios de comunicación y sancionar a los que hacen del dolor una fiesta de visualizaciones.
El flagelo de la violencia contra las mujeres tiene solución, pero este es un tema que nos involucra a todos, empezando por la Iglesia, que irónicamente es la primera que vulnera los derechos de la mujer, luchamos por una sociedad más justa y equitativa y la mujer dejará de ser irrespetada el día que rompamos con los paradigmas sociales que colocan a unos por debajo de otros, mi gente, todos somos iguales, lo único que nos diferencia es la riqueza o pobreza que habita en nuestros pensamientos.
Si eres víctima de violencia, visita tu fiscalía más cercana, llama al 911 o al *212.
Mujer, tu vida vale mucho.