“Nunc coepi” es una locución latina que llamó mi atención hace un tiempo, la cual tiene el significado de “ahora empiezo”.
A lo largo de la vida, con la madurez y experiencia propia de los años, logramos entender que todo está relacionado a iniciar y terminar; abrir y cerrar; ganar y perder; dar y recibir; reír y llorar; así vamos creando nuestros círculos, iniciando y terminando proyectos, relaciones y trabajos… llegan y se van las personas…
Todo esto nos lleva a la reflexión de que, de manera inexorable, todo lo que comienza tiene un final, pues nuestras vidas se va alimentando de círculos, algunos rutinarios otros novedosos.
Leí en “Reflexiones sobre temas humanos”, de Ediciones Polaris, que “nunc coepi es una expresión que señala la determinación para reinventarnos, para escribir los nuevos capítulos de nuestras vidas, haciéndolo con buen talante, afianzando el predominio que le damos al optimismo, el entusiasmo y las iniciativas que nos conduzcan a la transformación”.
El cierre de un ciclo nos permite abrir otro, ya sea en la edad cronológica, en el tiempo calendario, en el aprendizaje, en las actividades cotidianas y en todo lo demás.
Muchas veces no lo entendemos así, pero el ser humano requiere de cambios para sentirse vivo, en movimiento y renovado. Debemos tener presente que la inercia no es una opción.
Expanda su conciencia, fortalezca su voluntad, modifique su pensamiento hacia el positivismo, ponga en orden sus ideas y opte por una postura valiente y decidida, buscando la felicidad en detalles sencillos y abriéndose a los momentos espontáneos. Recordemos que todo fin es un nuevo comienzo y pongamos manos a la obra.