Al comienzo de su administración el presidente Luis Abinader hizo algunos gestos desdeñosos hacia China.
No es preciso señalarlos porque no es de eso de lo que se trata y además fueron ampliamente conocidos.
Al mismo tiempo prometió mantener el alineamiento estratégico con los norteamericanos en lo que el mandatario llamó “esta nueva guerra fría”.
Sería un consejo de mal amigo recomendarle al presidente amigo que se pelee con Estados Unidos, el principal socio comercial y lugar de residencia de una diáspora tan numerosa como la nuestra. Pero se dice que lo cortés no quita lo valiente, ni vale la pena una amistad si por seguir al socio se sacrifican el interés y la dignidad de la nación.
Además, hay muchas cosas que convienen y pueden hacerse, aunque a los Estados Unidos no le cuadren. Más pro norteamericano que Balaguer ni mandado a hacer aparece. Sin embargo, permitió una activa relación económica y los intercambios culturales con Cuba revolucionaria, en beneficio de ambas partes.
El presidente Leonel Fernández restableció, muy correctamente, las relaciones con Cuba, recibió dos veces a Fidel Castro y luego, al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, sin pelearse con el gobierno sionista de Israel ni romper con los norteamericanos.
Correcto. Porque los norteamericanos tienen amores, pero no se casan y por más que digan querer a sus socios, primero piensan en lo que convenga a sus intereses imperialistas. Además, aun en el marco de las relaciones internacionales, hay que darse a respetar y hacer lo que convenga.
Ahora, cuando el país necesitó vacunas para enfrentar la pandemia, Estados Unidos las tenía, pero las negó. El presidente Abinader pensó muy bien en la salud del pueblo y como parte de su esfuerzo por preservarla, buscó la vacuna en China. Y la encontró.
Gracias a esa acertada decisión, ante la inconsecuencia y el desamparo de Norteamérica y las demás potencias de Occidente, principalmente Norteamérica; merced también a la buena disposición y la puntualidad de las entregas por parte de China, ya hay una importante porción de dominicanos vacunados, muchos hemos recibido la segunda dosis y nuestro país se cuenta entre los más adelantados en cuanto a la inmunización contra el Covid se refiere.
Y Estados Unidos, que le falló al país en el peor momento, ha tenido que admitirlo y las buenas relaciones no se han roto. Ojalá no se olvide esta magnífica enseñanza que nos ha dado la vida.