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La vida en el refugio, constante espera de que llegue asistencia

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📷 Los niños permanecían jugueteando en los refugios, muy ajenos a las preocupaciones de sus padres por el peligro del huracán Irma. Foto: Elieser Tapia/El Día.

Puerto Plata, Nagua y Samaná.-“Yo no he dormido nada. Me acosté en ese banco y no he podido dormir, porque no puedo moverme. Me duele la única pierna que tengo, porque preferí amanecer en mi silla de ruedas”.

Así se expresó Carmen María Rodríguez, una anciana de 72 años de edad que llegó el miércoles a las ocho de la noche al albergue ubicado en la escuela Los Rieles II, en el sector San Marcos de Puerto Plata, y no encontró ni un colchón donde recostarse.

Como ella, también amanecieron ocho embarazadas y una recién parida, que estaban entre las más de 240 personas, en su mayoría niños, acogidas en el centro educativo.

Doña Carmen María es una anciana que padece de diabetes y por la incomodidad sentía dolores de cabeza y del cuerpo. Como ella también se sentía Cristian Martínez, una joven que está en el quinto mes de embarazo, quien define sus noches en el refugio como “terribles”.

“Yo me siento impotente, el dolor de espalda me está matando y aquí ni siquiera alguien viene para chequearme”, dijo Cristian al criticar a las autoridades provinciales porque no se habían acercado a los albergues.

Los colchones fueron insuficientes para la cantidad de personas.

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