El filósofo y teólogo danés Soren Kierkegaard afirmó que “la vida no es un problema a ser resuelto, sino una realidad a ser experimentada”.
Asumes que la vida resulta demasiada bella como para empezar el día con un gesto de molestia, y muy corta en el sentido de malgastarla discutiendo por cosas que no valen la pena.
Cuando naciste tú, todos alrededor sonreían; vívela de manera tal que en el momento en que mueras, entonces lloren.