La volatilidad es su consigna en las relaciones. Mientras consideras que de hecho el vínculo no existe, ellos se mantienen en el ir y venir, en el dejar ver un atisbo de su presencia sin la consistencia de ella. Se mueven en el no hacer ni dejar obrar.
Son los que bien menciona la Biblia, “Yo conozco tus obras que no eres frío ni caliente “y es que no se puede avanzar pisando el acelerador y a la vez el freno.
La presencia en un ciclo de algo que ya cerró es retranca, es la insistencia sin objetivo, insistir sin posicionarse, frente a un mundo cada vez más veloz en el que hacerlo es una pérdida de tiempo.
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