La universidad no es la única opción

La universidad no es la única opción

La universidad no es la única opción

José Armando Tavárez

La sociedad actual se ha construido sobre la base de la educación formal. En los últimos dos siglos, con el surgimiento de los sistemas educativos industriales, se ha construido un esquema cultural, social, económico y político entorno a la importancia de recorrer un camino educativo estructurado y de reconocimiento oficial.

Es por eso que muchos anhelan tener títulos académicos que puedan asegurarles mejores condiciones de vida.

En primer lograr, tenemos que graduarnos de secundaria. Luego, ir a la universidad a hacerse licenciado y, finalmente, hacer alguna maestría.

Si tienes esa formación, aseguran muchos, podrás tener buenos trabajos y por tanto una vida más cómoda.

El gran dilema es que todas esas asunciones están cambiando y con más fuerza en una era digital y post-pandémica. La universidad sigue ocupando un lugar de primacía a la hora de formar los futuros profesionales y ser cuna de numerosas investigaciones e innovaciones, que han hecho importantes aportes a los avances tecnológicos.

La academia tradicional, de prestigio y rigurosidad científica, seguirá siendo relevante por muchos años más. Lo que está cambiando es su pertinencia a nivel de formación profesional o para el trabajo.

Es decir, están surgiendo otras opciones que pueden complementar el rol universitario de asegurar la disponibilidad de una fuerza laboral bien educada.

Ahora los estudiantes, de todas las edades, nivel social y económico, disponen de un amplio abanico de opciones a la hora de educarse.

Entre ellas, se destacan los formatos intensivos, orientados a desarrollar competencias duras y técnicas, llamados bootcamps. También, las universidades de prestigio mundial están innovando con nuevos formatos educativos como las microcredenciales y los nanodegrees.

Experiencias formativas de alto nivel cualitativo y que permiten actualizarse o capacitarse, en una disciplina específica, a quien desee reinventarse profesionalmente o actualizar sus conocimientos. Ha llegado el momento de abrirse a los nuevos tiempos. Los programas intensivos y cortos han llegado para quedarse. Enhorabuena.