Santo Domingo.- En Haití hay un vacío de poder con la carencia de una autoridad legítima que detente la figura del Estado ante el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en un atentado en su residencia registrado el miércoles de la semana pasada.
Desde entonces, en Haití prevalece un misterio no solo en cuanto a quién o quiénes gobiernan desde la desaparición física del mandatario, sino sobre la mejor vía para resolver la complejidad de una crisis que se torna cada vez más delicada y conflictiva.
¿Nuevamente el envío de tropas militares? En el Gobierno interino que encabeza el primer ministro Claude Joseph simpatizan con esta posibilidad para contar con la tutela de Estados Unidos, cuya administración de Joe Biden ha recibido la propuesta oficial en el Departamento de Estado, pero que parece no simpatizar con la idea de cargar con el destino inmediato de los haitianos.
También la Organización de las Naciones Unidas tuvo la propuesta de parte del Gobierno de Haití para nuevamente el envío de tropas, quizás con la misma característica de la Misión de las Naciones Unidas de Estabilización de Haití (Minustah) que tuvo a cargo la seguridad de ese país desde 2004 y cuya salida se produjo en octubre de 2017.
El asesinato del presidente Moïse en pleno ejercicio y de una manera tan brutal como se materializó podría ser aval suficiente para que Estados Unidos y otras potencias opten por garantizar militarmente la integridad de los haitianos y ser salvaguarda de la democracia en ese país.
La presencia y permanencia de los “cascos azules” de la ONU en Haití devino tras el derrocamiento del entonces presidente Jean Bertrand Aristide, principalmente con el fin de reponerlo en el poder.
¿Y el magnicidio en Haití?
Estados Unidos no ha descartado del todo enviar tropas, lo que podría producirse en caso de agudizarse los conflictos entre los líderes políticos que no conduzcan a una salida satisfactoria al vacío institucional que adolece ahora la vecina nación.
Apuesta a elecciones
Para Estados Unidos y la comunidad internacional una salida más factible es motivar la celebración de nuevas elecciones en un plazo relativamente corto y así los haitianos retomen la responsabilidad de caminar por sí solos en esta coyuntura, que -aunque delicada- podría ser la mejor vía para evitar una intervención ya sea militar o económica.
La visión estadounidense fue manifestada claramente el lunes por el jefe de la diplomacia de Biden. “Asegurar el camino para unas elecciones libres y justas este año” y reiteró el respaldo del Gobierno del presidente Joe Biden a Haití “en un momento muy difícil”, indicó Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano.
¿Cómo celebrar elecciones?
Para motivar a los haitianos a acudir a las urnas en medio de convulsiones sociales y políticas, con la amenaza de una hambruna en corto plazo, necesariamente Estados Unidos y la comunidad internacional deberán de aportar asistencia para el montaje de un proceso que no agudice más las delicadas confrontaciones y la desconfianza que prevalece en la clase política.
“Urgimos a los líderes políticos a unir al país en torno a una visión más inclusiva, pacífica y segura”, insistió en sus declaraciones del lunes el jefe de la diplomacia de Estados Unidos.
Por “un diálogo abierto y constructivo para alcanzar un acuerdo político que permita al país celebrar elecciones libres y justas”, insta el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Emily Horne.
El poder en Haití es codiciado por el actual primer ministro interino; el primer ministro designado por Moïse, Ariel Henry, y el presidente del Senado, Joseph Lambert, lo que complica aún más la complejidad de la crisis.
Además, las autoridades de turno están presionadas en su afán de esclarecer las causas y circunstancias que envuelven el asesinato del presidente Moïse y quiénes pudieran ser los autores intelectuales, ya que solo así podrían contener posibles manifestaciones callejeras que serían caldo de cultivo para profundizar la actual inestabilidad social y política en los próximos días.
Nueva violencia
La sorpresa ha sido que Haití se encuentra en un clima de paz desde que fuera conocido el asesinato del presidente Moïse, pero con una fuerte vigilancia de policías y militares para frenar posibles conatos de violencia.
Es palpable el temor entre los haitianos y también de Estados Unidos y la comunidad internacional ante el desborde de las pasiones y las confrontaciones entre los sectores de Haití y se instaure un clima no propicio para allanar el camino del diálogo y así surja el escenario para la celebración de nuevas elecciones en los próximos meses.
La detención del médico radicado en Miami, Emmanuel Sanon, viene a develar la preocupación de que sectores poderosos que adversaban a Moïse pudieran estar detrás de una inestabilidad política y social en el país, lo que serviría a otras esferas para incentivar a protestas que se irían de control para las autoridades, dificultando el virtual escenario más adecuado para el montaje de nuevas elecciones.
— Respeto al orden
Tan pronto se produjo el magnicidio, las Naciones Unidas llamó a “todos los haitianos a preservar el orden constitucional, permanecer unidos ante este acto abominable y rechazar toda violencia”. Desde la Unión Europea se advierte ante “espiral de violencia” en Haití por muerte de Moïse.