La escena se repite cada año: una mesa llena, la comida servida… y alguien decide sacar el tema que nadie pidió. Conflictos familiares, reproches antiguos, comparaciones incómodas o comentarios fuera de lugar pueden poner en tensión incluso a las familias más unidas.

Para el psiquiatra José Miguel Gómez, la Navidad no es un espacio para elegir conflictos.
“Las personas que son tóxicas, incluso en el momento más alegre, quieren traer un problema no resuelto o una enemistad silente”, advierte el especialista entrevistado en Despierta con CDN.

Según el especialista, estas actitudes pueden afectar la armonía de la celebración, pero existen formas de manejar la situación sin confrontaciones directas.
Poner límites saludables es clave. Gómez recomienda que no todo merece una respuesta.
“A veces, el silencio, cambiar de tema o retirarse con respeto es la mejor forma de proteger la paz emocional”, señala, resaltando que establecer límites no es un acto de egoísmo, sino de cuidado personal y familiar.
Además, sugiere que los asistentes lleguen a la mesa con una actitud clara y conciliadora, como llevando “una banderita blanca”, con la intención de compartir en armonía, no de reabrir heridas.
Si alguien insiste en provocar, el problema no es quien pone el límite, sino quien altera la convivencia y rompe el ambiente.

La Navidad también puede convertirse en un momento de reparación emocional. Gómez explica que es una oportunidad para reconectar con los afectos, pedir perdón o simplemente decir “te quiero”, dejando atrás rencores y resentimientos: “Esta no es la última Navidad que vamos a tener, recuerden, hagámosla con prudencia, moderación y respeto”.
El especialista aconseja además ser realista con la cantidad de compromisos y encuentros: no es posible participar en todos los eventos, ni responder a todas las provocaciones. Elegir cuáles reuniones atender y cuándo retirarse puede marcar la diferencia entre una Navidad tranquila y una cargada de estrés.
Finalmente, Gómez insiste en que la prioridad debe ser disfrutar en familia y mantener la armonía, aun frente a comentarios incómodos o personas difíciles.
La clave está en la moderación, el autocontrol y la claridad emocional: una Navidad en paz es una Navidad que se recuerda con cariño, no con rencor.
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Katherine Espino
Katherine Nicole Espino Cuevas. Periodista, locutora profesional y CMM. Máster en Comunicación Política Avanzada por Next Educación (Madrid). Amante de la escritura bien hecha, las historias con sentido humano y las causas sociales. Creo en la comunicación con propósito, en los valores y en...