«Si en el siglo pasado la tecnología remplazó a los músculos, en este siglo remplazará al cerebro».
Ese es el futuro próximo que vislumbra Rohan Silva, experto en tecnología que hasta hace poco asesoró al gobierno británico para tornar en realidades posibilidades como la ahora notoria Tech City, el «Silicon Valley» del este de Londres.
A la BBC le explicó qué le hace vaticinar que todo está cambiando para profesiones que hasta hace poco no se veían amenazadas por las máquinas.
El reto de esta generación
Mientras que millones de empleos del sector de la manufactura desaparecieron durante el siglo XX, las expectativas de la clase media seguían siendo el poder comprar una casa, tener trabajo y un nivel de vida que mejorara gradualmente con el tiempo.
Sin embargo, en Reino Unido por ejemplo, los salarios de la clase media -que ha sido la base de la vida británica por cientos de años- en los últimos cinco se han reducido en 10%.
La opinión ortodoxa es que el declive del nivel de vida de la clase media se debe a la crisis financiera y que apenas se recupere la economía, todo retornará a la normalidad.
Pero, ¿qué pasa si esa creencia generalizada es errada? ¿Si la verdad es que los empleos de la clase media están desapareciendo para siempre?
Ahora, hay quienes creen que estamos en la cúspide de una revolución tecnológica que implicará que programas de computador harán los «trabajos de cuello blanco», en campos como la administración, contaduría, medicina y el derecho.
El economista Tyler Cowan ha llamado la atención sobre ese desvanecimiento de las profesiones de la clase media.
Cowan es probablemente el economista más relevante del momento pues ha analizado el impacto económico que la tecnología está teniendo en los puestos de trabajo y en los salarios.
En su opinión, la automatización de los empleos hasta su extinción está beneficiando a la clase alta pero empobreciendo a la clase media.
«Lo que hemos observado en las economías occidentales durante los últimos 40 años es que la automatización ha remplazado más y más empleos en el sector manufacturero. Y eso continuará. Cada año, las computadoras son más rápidas y la calidad del software mejora así que más tareas pueden ser hechas mejor y más barato por ellas».
Pero, ¿cuáles profesiones se ven más amenazadas por la avanzada de la tecnología?
«Los abogados, profesores o periodistas… su trabajo se puede automatizar en cierta medida, y esa medida crece cada vez más. Por ejemplo, ya es posible calificar exámenes en prosa con computadores y lo hacen bastante bien», señala el economista.
«No es que el cargo va a desaparecer completamente sino que el trabajo cambiará y posiblemente se necesitarán menos seres humanos en el proceso».
«Así, incluso en los servicios legales, uno pensaría que un robot no podría ser un abogado y eso es cierto, pero las búsquedas computarizadas están haciendo el trabajo que solían hacer los abogados asistentes. Incluso en diagnóstico médico. Estamos a 2 o 3 años de tener el programa de inteligencia artificial llamado Watson que lo hará mejor que virtualmente todos los doctores», le cuenta Cowan a la BBC.
Lo que no hacen las máquinas
La economía está creando nuevos cargos con altos salarios en los sectores comercial, de informática y financiero, pero no muchos.
En términos de creación de empleos, la mayoría -4 de cada 5- son de los que pagan poco y no ofrecen contrato fijo.
Según Cowan, el aumento de oferta de empleo en la parte inferior de la escala de ingresos se debe a que hay ciertas tareas que la tecnología sencillamente no puede remplazar… todavía.
«Piense en el sector de servicios, la persona que lo recibe cuando llega a un restaurante, aquellas que le asisten con cosas pequeñas en las grandes tiendas de departamentos, en los supermercados. Quizás su teléfono inteligente puede ayudarle pero esos empleos seguirán proliferando».
El economista vaticina que la desigualdad aumentará, que «habrá más gente de clase media baja a la que le quedará difícil pagar algunas de las necesidades básicas y eso es un problema. Creo que tendremos un gran boom tecnológico pero la ganancia será distribuida inequitativamente».
El desafío entonces es evitar que aumente la clase marginal permanente alimentándola con gente que percibe salarios demasiado bajos.
«No es que no habrá empleo para los seres humanos, sino que los nuevos empleos del futuro girarán alrededor de una cuestión: ¿puede trabajar bien con estas máquinas? Y si esa es un área que no maneja, este es el momento de entrenarse», aconseja Cowan.
«Si uno estudia inteligencia artificial y aprendizaje automático, y se involucra con el proceso de hacer más productivas a las computadoras y hacer que las computadoras lo hagan a uno más productivo, en el futuro probablemente ganará mucho dinero y estará en gran demanda».
Hay que actuar
Si la tecnología está haciendo desaparecer los empleos de la clase media y conduciendo a la desigualdad generalizada de ingresos, este es el principal reto de esta generación.
La manera en la que respondamos potencialmente marcará a la política económica global en las próximas décadas.
Hay pioneros.
Países como Singapur ya rediseñaron su sistema educativo para crear más puestos de trabajo de alto valor en campos lucrativos como software, ciencias de la vida y la robótica.
Si hacemos las cosas bien, podemos terminar con más riqueza y oportunidades.
Si no lo hacemos, no es sólo la clase media la que va a sufrir… sufriremos todos.prin