El país está sumido en una crisis muy grave que, sin embargo, tiene una solución muy fácil.
Tenemos dos contendores enfrentados, cada uno de los cuales alega determinada cantidad de votos a su favor, en cada mesa.
Una de las partes quiere que se vuelvan a contar los votos, uno a uno para ser más exactos, por árbitros fiables escogidos por ambos y cuyos resultados serían aceptados incondicionalmente por ambos participantes.
La otra parte, por su lado, no quiere volver a contar, pero yo le pregunto: ¿qué mejor demostración que ganar dos veces, en vez de una, si es que, como alegan, ya habían ganado en el primer conteo?
Se argumentaría, para no aceptar esta fórmula, que su aplicación consumiría mucho tiempo y dinero, pero ¿no vale eso y mucho más la tan añorada institucionalidad del pueblo dominicano?
Como puede apreciarse, esta solución a la crisis es bien fácil y sencilla. A veces tenemos las cosas en las narices y son tan obvias que no nos damos cuenta. Esta aspira ser una de ellas.