Nimis exaltatus rex sedet in vertice caveat ruinam! Nam sub axe legimus Hecubam reginam”. Ojalá se animen a traducir del latín este fragmento de Carmina Burana los que hoy se sienten dueños del futuro del pueblo dominicano. Pero si tal cosa es tarea ciclópea para quienes dedican vigilia y sueño a aferrarse al poder y esquilmar al pueblo, les propongo un texto de un jovencito de 20 años llamado en vida Juan Emilio Bosch Gaviño.
“Una vez más el pobre pueblo burlado por los guardadores de su fe antaño y por desconocidos que llegaron, encorvadas las garras feroces, salidos de los rincones más obscuros de la
selva, para caer en el Tesoro Público y sacar a puñados el oro que alzó con su sudor el pueblo”. La lucidez del maestro trascendiendo su vida terrenal delata a todos los corruptos en el presente y los que aspiran a semejantes puestos en el futuro.
La corrupción y el continuismo han conducido a nuestro pueblo a la miseria y en algunas ocasiones al tiranicidio. No merecemos como pueblo el destino a que nos lanzan quienes codiciosos de poder y riqueza pretenden mantenernos como hombres y mujeres sumisos a la limosna.
Ojalá despertaran tantos dormidos y sacaran a flote su rebeldía, el caos que generaría la resistencia a la dominación y el saqueo siempre sería más frutífero que el orden en que nos deshumanizan. No sé si habrá voluntad para un cambio, pero tengo claro que no hay futuro venturoso por el camino que vamos.