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DAJABÓN.-La sequía cíclica y el cuatrerismo en la zona fronteriza se han convertido en un dolor de cabeza para los ganaderos dominicanos.
Deben trasladarse de un extremo a otro en busca de zonas con agua y pasto para no dejar morir las reses y poder sostener la producción de leche, que es en la mayoría de sus casos, un negocio familiar.
El problema es que mientras trasladan, suelen perder de vista algunas de las reses y en ese interín, los cuatreros las desvían hacia Haití.
