“La insensibilidad hace al hombre un monstruo”, sostuvo el filósofo y enciclopedista francés Denis Diderot.
La sensibilidad, por el contrario, parte de que el primer deber de toda persona consiste en desarrollar todo lo que posee, y siendo insensible jamás podrá alcanzarse ese propósito.
Ella va directamente a los sentidos, los cuales dan a las cosas buenas conciencia y la apariencia de la verdad, haciendo que seamos humanos y no monstruos.