Milán.- Al son del llorado músico Prince, la casa Versace hizo desfilar este sábado a sus modelos en la Semana de la Moda de Milán, mientras que Dolce&Gabbana apostó el jazz para hacer bailar al personal.
El desfile de la pareja Domenico Dolce y Stefano Gabbana causó sensación en la apertura de la Fashion Week milanesa.
El grupo de jaz Hot Sardines, en un decorado muy Palm Springs, puso la animación. La animación no bajó por la tarde: blues, más jazz, funk, rockabilly.
La excitación no la ponían solamente los músicos, sino los jóvenes invitados, todo un desfile de hijos de famosos que provocó suspiros entre las centenares de adolescentes concentradas a la entrada del hotel Metropol.
En primera fila Cameron Dallas, de 21 años, estrella de las redes sociales (4,7 millones de seguidores en Youtube, 9,4 millions en Vine, 12,3 millones en Instagram).
También estaban Rafferty, hijo de Jude Law, Gabriel, hijo de Daniel Day Lewis e Isabelle Adjani, Lucas, hijo de Mick Jagger, y Brandon, hijo de Pamela Anderson y Tommy Lee.
Otra cara conocida de esta generación de «milleniums» fue la que abrió el desfile: Presley Gerber, hijo de la top Cindy Crawford.
Mucho blanco y negro, y como sucede a menudo con Dolce&Gabbana, magníficas telas de seda impresa: instrumentos de música, artistas, hojas de palma, zebras y leopardos, etc.
Los modelos desfilan con grandes auriculares, reproductores digitales en la mano, el pantalón por encima de los tobillos.
Los smokings están bordados con lentejuelas, los remates bien visibles, cuadros y rayas por doquier. Es sexy, alegre y elegante.
Donatella Versace también mostró ropa y modelos sexy, empezando por una película de Bruce Weber con una docena de modelos, entre ellos la insustituible Gigi Hadid, bailando desaforadamente la canción «Cream» de Prince en Chicago.
Simple y eficaz
Después de esta introducción, el desfile empezó con un remix inédito del Kid de Minneapolis.
«Ligereza, estratificación, fluidez y funcionalidad: todo está pensado para la vida contemporánea» explicaba la estilista.
Las parkas son largas y en nylon casi transparentes, como telas de paracaídas, las gabardinas fluidas y abiertas, las camisas de seda se cierran con cremallera y se transforman en cazadoras bombers.
Los jerseys de lana muy fina se llevan directamente encima de la piel o anudados en la cintura, con desenvoltura.
Luego llega la ropa más deportiva, como los shorts de ciclista o los pantalos de muletón de los corredores de fondo.
Mucho verde olivo, azul petróleo, chocolate, dorado, carmín, y los imbatibles conjuntos unicolor: simples y eficaces.
Jil Sander también apuesta por la simpleza. Su colección «negar lo superfluo» presenta piezas que casi parecen uniformes, con tonos suaves y consensuales: arena, beige, azul grisáceo, verde claro, con algunos toques de naranja.
Canali opta por mezclar: tonos pasteles como el rosa, rojo ladrillo, y cortes que resaltan la elegancia. Un bolsillo de colores destaca por fuera, no en el interior de la chaqueta, que se cierra con un solo botón, a la altura del ombligo.
El hombre Marni quiere ser sofisticado y original con blusas ajustadas, carteras de piel en la mano, shorts alargados y unos divertidos tops hechos de tres piezas que se unen entre sí con velcros.
Los desfiles de prêt-à-porter masculino continúan este domingo con Salvatore Ferragamo, Vivienne Westwood, Missoni, Prada y Moncler.