Entorno Deportivo
Nueva decepción. Otro fiasco que nos dio el lunes la selección masculina absoluta de baloncesto ante la similar de México en segunda confrontación y cierre de la primera ventana FIBA hacia la clasificación a la Copa Mundial de Catar 2027.
La selección que más aglutina el sentimiento dominicano, jugando en el Palacio del Voleibol Ricardo Arias ante una escuadra azteca con jugadores sin la categoría de los nuestros, los dirigidos por Ernesto -Che- García desperdiciaron la posibilidad de ponerse cómodos con 2-0 en la brecha inicial.
Luego de superar a México 92-85 el sábado como visitantes en Zacatecas, se presumía que el partido de vuelta en Santo Domingo sería de mero trámite, con un personal que incluye media docena que juega a buen nivel en España, otro en Polonia y dos provenientes de la G-League, la “AAA” de la NBA entre los doce.
Pero en casa, la selección volvió a dejar sensaciones a las que tiene acostumbradas, paseándose entre euforias y decepciones, pasando de hitos improbables como fue clasificarse al Mundial pasado eliminando a domicilio a Argentina, como perdiendo una ventaja de 15 puntos en el juego del lunes.
Volvió a poner en evidencia la falta de escuela identitaria, con todo lo que implica esta categoría. Desorganización, individualismo de algunos jugadores y cuestionables estrategias del cuerpo técnico, se sumaron a la falencia perenne de puntería tras el arco, de media distancia y en lances libres.
Dichos factores llevaron a una derrota 89-88, ayudado por una llamada cuestionable de los árbitros restando tres segundos para el final, que convertida en dos puntos fue la diferencia para el cuadro visitante.
Las estadísticas son reveladoras del trance que agobia a la selección en lances. De campo tuvo 47.1 % (33 encestes de 70 tiros), por 51.6 de México (33/64); de dos para 57.9 % (22/38), frente al 63.2 (24/38) de los aztecas; y en triples 11 en 32 (34.4 %), contra 9 de 26 (34.6) de los mexicanos.
Como si la falta de puntería de lejos fuera mal menor, donde el equipo se extremó en sus fallos fue desde la línea de personal. RD se fue de 17-11 para un mísero 64.7 %. México estuvo lejos de lo aceptable, pero mucho mejor. Encestó 14 de 19 (73.7 %).
En términos relativos puede afirmarse que Dominicana perdió el partido, doblemente, desde la línea de tiros libres. La diferencia global fue de un punto, pero encestó cinco menos en esta modalidad y México puso la diferencia con dos lances de a uno.
En el primer cuarto en el Gioriver Arias el equipo se mostró imponente, dominando rebotes, cortando balones y anotación fluida. Pintaba para terminar por 15 o más de ventaja, pero apenas acabó de cuatro (28-24).
Al inicio del segundo, el elenco quisqueyano hizo una corrida 11-0 (39-24) y parecía que se abría definitivamente, pero en el resto del cuarto, México sobreanotó 23-15 y la mitad terminó 54-47. En el tercero, RD apenas anotó nueve puntos.
Como bien resaltó el cronista experto Alex Rodríguez, México se impuso con 35 puntos de la banca y otros 22 logrados luego de bolas perdidas, datos que reflejan el cúmulo de situaciones que incidieron en la derrota.
Aparte de que el técnico Che García cometió errores estratégicos -como el no pedir un tiempo en una corrida larga mexicana en el tercer período, todos preguntaban el martes por qué a Jhonatan Araujo (hombre de la G-League) no tuvo un minuto de juego.
Se aprecia de forma preclara, que Dominicana jugó a base del talento individual de los Jean Montero, Chris Duarte, Andrés Féliz, LJ Figueroa, Joel Soriano, Ángel Núñez, Omar Silverio, Juan Guerrero, Richard Bautista y Araujo.
Pero la falta de escuela propia debate a la selección nacional entre victorias emotivas con el corazón en la boca y decepciones como la del lunes ante México. Todo, porque cuando se encuentra un rival que aplica los fundamentos, hay problemas.