La seguridad en el Congreso de EE.UU. o "el enemigo" en casa

La seguridad en el Congreso de EE.UU. o «el enemigo» en casa

La seguridad en el Congreso de EE.UU. o «el enemigo» en casa

Desde el asalto al Capitolio estadounidense, el pasado 6 de enero, algunos legisladores han denunciado los intentos de colegas republicanos de llevar sus armas al pleno de la Cámara Baja, eludiendo el nuevo detector de metales instalado en la puerta.

Washington.- Con el miedo en el cuerpo aún por el asalto al Capitolio del día 6, los congresistas de EE.UU. se sienten amenazados por la presencia de colegas sin mascarilla, que apoyan teorías conspirativas, introducen armas en el pleno o respaldan amenazas contra ellos.

Es lo que la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, en medio del ambiente de tensión política que se vive desde el asalto de la turba de seguidores de Donald Trump, describió esta semana como tener «el enemigo dentro» de casa.

Desde el asalto, algunos legisladores han denunciado los intentos de colegas republicanos de llevar sus armas al pleno de la Cámara Baja, eludiendo el nuevo detector de metales instalado en la puerta.

Y otros, se han quejado del peligro que para su seguridad supone que un grupo de ellos se niegue a usar mascarillas o incluso se han hecho eco de amenazas contra su vida sin denunciarlas.

«CAUCUS QANON»

En medio de la polémica está la congresista Marjorie Taylor Greene, quien junto a la también republicana Lauren Boebert, ambas novatas en el Congreso, integran lo que se ha dado en llamar el «caucus QAnon», por su apoyo a las teorías de la conspiración que defiende ese movimiento apoyado por Trump.

Ambas han intentado desmarcarse últimamente de ese grupo conspirativo que asegura, entre otras cosas, que los líderes demócratas integran una secta de pedófilos satánicos que domina el mundo y que conspiró para robarle las elecciones a Trump.

Greene, una firme defensora del derecho a portar armas, llegó incluso a apoyar en su página Facebook, en 2019, un comentario que amenazaba la vida de Pelosi y de otros demócratas.

En medio de la controversia, han reaparecido comentarios de Greene en los que apoya bulos según los cuales los tiroteos masivos en las escuelas de Sandy Hook y Parkland fueron montajes para privar a los estadounidenses de su derecho constitucional a portar armas.

También ha reaparecido un video de hace más de un año en el que Greene acosa por las calles de Washington a David Hogg, uno de los jóvenes sobrevivientes de la matanza de Parkland, convertido desde entonces en activista contra las armas, acusándolo de «utilizar a niños» para atacar su derechos a ir armada.

«Lo que me preocupa es el liderazgo republicano en la Cámara de Representantes, que está dispuesto a ignorar esas declaraciones asignándola al Comité de Educación, cuando se ha burlado del asesinato de niños en la escuela primaria Sandy Hook y del asesinato de adolescentes en la de Marjory Stoneman Douglas», dijo Pelosi.

FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD

La líder demócrata pidió el jueves más fondos para la seguridad del Capitolio porque «el enemigo está dentro de la Cámara de Representantes, una amenaza que preocupa a los miembros (del Congreso), además de lo que está sucediendo afuera».

Pelosi se refería también a las amenazas que vienen recibiendo en foros de internet de la derecha radical los congresistas de su partido y algunos republicanos, como los que votaron a favor del segundo juicio político a Trump por alentar el asalto al Congreso.

Cuando se le pidió aclarar a que se refería con que «el enemigo está dentro», Pelosi respondió: «Tenemos miembros del Congreso que quieren llevar armas al pleno y han amenazado con violencia contra otros miembros del Congreso».

El representante demócrata Ted Deutch, presidente del Comité de Ética de la Cámara, apoyó una iniciativa de su colega Jimmy Gómez para expulsar a Greene del Congreso, y la también demócrata Lois Franke dijo que muchos legisladores «tienen miedo de estar en el edificio con ella».

También Jared Huffman, demócrata por California, ha resucitado una vieja propuesta legal para anular una ley federal que exime a los legisladores de la prohibición de portar armas en el Capitolio.

Para Huffman, la tensión que se vive desde el asalto al Capitolio y el comportamiento de algunos de sus colegas republicanos «han ayudado a subrayar» la necesidad de recuperar esa iniciativa.

«Creo que ha habido una falsa sensación de seguridad de que no pasaría nada malo (pero) los acontecimientos de los últimos días han cambiado totalmente eso», declaró.

La representante Cori Bush, demócrata por Misuri, dijo este viernes que trasladará su oficina del Congreso lejos de la Greene debido a que la republicana por Georgia y su personal supuestamente la «abroncaran» en un pasillo sin llevar mascarilla.

«Voy a mudar mi oficina lejos de la de ella por la seguridad de mi equipo», tuiteó Bush, quien también es novata en la Cámara, y agregó que desde el primer día ha pedido la expulsión de los congresistas que «incitaron» el asalto al Congreso.

Para la expulsión de Greene de la Cámara Baja se necesita el voto de dos tercios de los legisladores, lo que supone que al menos 70 republicanos y todos los demócratas deberían apoyarlo.