El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) dizque dictará una resolución para regular a los “deliveries”, un segmento de la plaga de motociclistas que atosigan calles y avenidas. Lo he dicho mil veces: esas autoridades sólo se meten con quienes no están afiliados a algún sindicato que los hace invisibles ante la Policía e impunes.
Los mensajeros de colmados, restaurantes o empresas de envíos son sólo una parte de los millones de motoristas ingobernables.
Pero los negocios para los que trabajan poseen recursos y mueven dinero, algo que siempre atrae a políticos vagos por no ocuparse de lo que deben. Porque, ¿qué rayos tiene que ver el INTRANT con “jornadas laborales sostenibles”, “permisos para empresas”, “depuración del personal” y otras funciones que corresponden al Ministerio de Trabajo, a Industria y Comercio o la Policía? Si el INTRANT se dedicara a aplicar macana legal, que los motociclistas cumplan la ley, sin cruzar semáforos en rojo ni zigzaguear, que tengan matrículas, seguros y licencias de conducir, otro fuera el estado del caótico e insufrible tránsito.
¡Qué fatal adanismo! Conduce a una ridícula e inútil invención de la rueda cuadrada, ¡como el troncomóvil de Pedro Picapiedra!