Santo Domingo.- Las autoridades gubernamentales iniciaron con grandes expectativas el año escolar 2014-2015 y confiadas en despegar una revolución educativa real, la cual constituye una aspiración histórica de la sociedad dominicana, a fin de que el país deje los últimos lugares en los estándares de calidad entre los países de América Latina.
En la dirección anterior, han encaminado acciones dirigidas a conseguir ese propósito, paso a paso, como suele suceder en cualquier sistema educativo del mundo; que en el caso dominicano se apoya para el financiamiento en el mandato legal que ordena asignar el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el presupuesto del Ministerio de Educación.
La puesta en vigencia de disposiciones relativas a cambios en la estructura de la educación, un nuevo modelo pedagógico para el nivel Primario y la incorporación de 6,027 aulas destinadas a la Jornada de Tanda Extendida aparecen entre las novedades, que también se han convertido en serios desafíos para los gestores y actores del proceso educativo en la República Dominicana.
Otra aspecto relevante consiste en la contratación de personal bien preparado en diversas áreas del saber, con énfasis en su adecuación tecnológica a la Sociedad del Conocimiento, más allá de la mera tecnología de la información y la comunicación.
La idea es materializar en la práctica concepción curricular de que este debe ser abierto, flexible y crítico.
Contradicciones
Una serie de contradicciones normativas amenazan con afectar el desenvolvimiento del sistema, particularmente operatividad en las aulas y la evaluación de los estudiantes. Una situación a tomar en cuenta es la resistencia de una parte de los maestros que no comprendería el nuevo modelo pedagógico por competencia.
Un primer aspecto radica en que con el establecimiento en la educación preuniversitaria de los niveles Inicial, Primario y Bachillerato se violó lo prescribe el artículo 32 de la Ley General de Educación 66-97.
Esta señala que los niveles son el Inicial, Básico y Medio, teniendo el segundo ocho grados, hasta llegar al octavo; y el tercero, los cuatro cursos restantes para que un estudiante pueda egresar e iniciar sus estudios superiores.
Pruebas Nacionales
Conforme a las disposiciones actuales, votada por el Consejo Nacional de Educación durante la gestión ministerial de Josefina Pimentel, consagra que el nivel Básico concluye en sexto, reduciendo dos grados, el séptimo y el octavo, asignándolos al Bachillerato.
Una de las situaciones que se ha creado radica en que las Pruebas Nacionales que ahora habrán de evaluar a los educandos del nivel Primario tendrán que ser reformuladas para que se lleven a cabo en el sexto grado, por primera vez desde que comenzaron a impartirse en el año 1993.
Esto conduce a que, tanto la Ley General de Educación como la Resolución 1-96, votada por el Consejo Nacional de Educación, tendrán que ser adecuadas para garantizar la legalidad en el sistema educativo dominicano.
Modelo pedagógico
Hasta ahora solamente ha sido aprobada la reforma curricular para el nivel Primario, sin que se haya podido completar la socialización del correspondiente al Bachillerato.
Respecto al nivel Primario, se ha presentado un gran desafío porque incluye el desempeño por competencia, variando el esquema tradicional que bien conocen los profesores.
Estos también habrán de observar en aula el principio de integralidad de los aprendizajes, asegurándose de que al impartir una unidad tendrán que hacer converger los propósitos de materias como Lengua Española, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias de la Naturaleza y Arte.
La práctica ha sido que muchos de los docentes sigan la planificación tradicional, auxiliados, incluso, por ediciones de textos que la traen integrada. En lo adelante tendrán que dedicar un considerable tiempo a la planificación educativa.
Resistencia maestros
A pesar de que técnicos del Ministerio de Educación recorrieron la geografía del país para acompañar a los maestros y maestras en la adopción del nuevo modelo de aprendizaje por competencia, se ha podido observar que existe mucha resistencia.
El temor de las autoridades educativas radica en que una buena parte de lo docentes asignados al nivel Primario “siga haciendo lo que siempre ha hecho en el aula”.
El sistema también tendrá que sumar, a través de los concursos de oposición que viene realizando, maestros y maestras en capacidad para impartir aprendizajes significativos propios de una educación pertinente, es decir, compatible con las demandas actuales de la sociedad dominicana.
En caso de que no se afronten con éxito esos desafíos, entonces no habría garantía en torno al aprovechamiento del nuevo contenido curricular del referido nivel, de manera que los estudiantes solo se conformen con la alimentación de la Jornada de Tanda Extendida y seguir aguardando la esperanza de una enseñanza de calidad.
