El combate Gennady Golovkin- Saúl Canelo Álvarez llenó todas las expectativas creadas, a pesar de que el primero debió ser el ganador por decisión unánime.
Si bien Canelo sorprendió a todos por un muy buen desplazamiento, asimilación de golpes contundentes y como se escurría cuando estaba en las cuerdas, y no fue justo que se anotara un empate, y mucho menos que la jueza Adelaide Byrd lo declarara ganador 118-110, puntuación que no se corresponde mínimamente con lo que ocurrió sobre el cuadrilátero.
Golovkin falló muchos golpes, en especial cuando tenía acorralado a Canelo en las cuerdas, pero siempre mantuvo la ofensiva, siempre hacia adelante en la mayoría de los 12 asaltos de un empate que ha dejado muchas interrogantes.
Los otros dos jueces, Don Trella, que lo igualó a 114, como Dave Moretti, que vio ganador a Golovkin 115-113, estuvieron en la frontera de la realidad, en un deporte donde históricamente han sucedido tantos resultados insólitos, producto de anotaciones perversas.
Es decir, si se hubiese dado a Canelo como ganador con una anotación más o menos pareja, hubiese pasado, pero la señora Byrd al parecer se durmió durante la pelea y solo escuchaba el coro, que en su mayoría vociferaba “Canelo, Canelo”.
La pelea llenó todas las expectativas, esté usted o no de acuerdo con el resultado, por lo tanto, que nadie se llame a engaños, la revancha vendrá en los primeros tres meses del próximo año, porque ninguno de los dos boxeadores y mucho menos los promotores se darán el lujo de que se escapen tantos millones de sus manos.