La rentabilidad de los Fondos de Pensiones
Nuestro sistema de pensiones, amén de las pensiones privilegiadas que concede el Estado por medio de sus tres poderes, el judicial, el legislativo y el ejecutivo, se basa en el denominado pilar contributivo, donde empleados y empleadores aportan sus ahorros. Los otros dos pilares, el solidario y el solidario contributivo, aun esperan por su puesta en marcha, por lo cual de momento solo podrán gozar eventualmente de pensiones quienes cotizan regularmente al sistema por medio de la Tesorería de la Seguridad Social.
Los fondos que aportamos para una renta en nuestra vejez, son gestionados por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), inversionistas profesionales de gran solvencia y capacidades, quienes a su vez dependen del mercado financiero y de valores para lograr maximizar la rentabilidad de dichos fondos.
Se reporta que en el presente año 2017, se ha estado reduciendo la rentabilidad de los fondos de pensiones, noticia que debe especificar que esto es en términos absolutos, puesto que lo crítico en este tema es la rentabilidad en relación a la inflación, lo cual nos arroja la rentabilidad neta, que es la cifra que verdaderamente debe captar nuestra atención.
Por ejemplo, una rentabilidad del 12% y una inflación del 7% resultarían en una rentabilidad neta del 5%, mientras que una rentabilidad del 10% con una tasa de inflación del 3% resultarían en una rentabilidad neta del 7%. Por lo tanto, se puede entender que lo fundamental es la rentabilidad neta, no necesariamente la rentabilidad numérica.
Lo determinante de esta rentabilidad es la oferta del mercado financiero y de valores, puesto que las AFP por sí mismas no generan rentabilidad sobre dichos fondos. Por ello urge un mercado más vigoroso, diversificado y vinculado al desarrollo del país, de manera de poder ofrecer más alternativas con mejores rentabilidades y con ello contribuir eventualmente a mejores pensiones.
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