El mundo respira aliviado por el efecto innegable de las vacunas.
En Israel, que negoció suficientes entregas como para inocular rápidamente a todos sus habitantes a cambio de compartir los resultados con sus suplidores, la tasa de infección cayó 90 por ciento.

Aquellos países cuyos sistemas de salud han facilitado la vacunación acelerada de los grupos en mayor riesgo reportan tendencias similares.

República Dominicana no se queda atrás. Fruto de las oportunas inversiones realizadas, las vacunas recibidas devolvieron la sonrisa a nuestros mayores, recluidos en sus casas por casi un año.

Pese a los retrasos en las entregas, resultado de lo difícil que es masificar confiablemente la producción de biofarmacéuticos sofisticados, la sensación de optimismo es palpable.
Los índices de actividad económica sobrepasaron los niveles registrados desde 2018.

Sectores completos confrontan problemas de suministro de insumos claves para su reactivación, síntoma de que los bueyes están tirando más rápido de lo que las carretas pueden tolerar por el momento.

Minerales e hidrocarburos recuperan niveles de precios superiores a los que prevalecían antes del desplome de la demanda global.

La mejor noticia es que Tui, el más grande touroperador del mundo, reporta un incremento de 500% en la demanda de paquetes vacacionales programados a partir de julio próximo.
Sus vuelos charters y regulares y sus contratos millonarios de habitaciones de hoteles reservadas anticipadamente permiten a millones de turistas disfrutar anualmente de vacaciones a precios asequibles. De estos, más de 350 mil visitaban anualmente hoteles dominicanos antes del 2020.

Por su parte, el ministro de turismo, David Collado, reportó el 4 de marzo que República Dominicana registra la cuarta tasa de crecimiento de reservaciones de hotel, lo cual augura una fulgurante recuperación del turismo durante 2021.

Vale la pena recordarlo: el turismo aportó 30% de las divisas en cuenta corriente de la balanza de pagos dominicana en 2019. Generó uno de cada diez empleos formales. Produjo 8% del PIB. Y es fuente primordial de demanda de productos agropecuarios.

La crisis dejó claro que el principal sector generador de divisas es vulnerable a choques sanitarios. El desplome de hace un año dio paso a tasas de ocupación menores al 30%, terminando el año con crecimiento negativo.

La reciente visita del Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (UNOMT), Zurab Pololikashvili, fue un oportuno y valioso espaldarazo a las políticas turísticas dominicanas, particularmente por haberse adaptado estrictamente a las más altas normas de sanidad para prevenir futuros contagios.

Si bien esto será clave para que el turismo sea resiliente, la resiliencia del país en su conjunto requiere de un sector salud integrado que sea capaz de responder en lo adelante con mayor celeridad y efectividad.

Ojalá y este fuera uno de los legados de la crisis.
El otro, el del retraso cognitivo de tantos latinoamericanos ausentes de las aulas por más tiempo que región alguna del mundo, podría compensarse aunque fuera parcialmente reabriendo las aulas conforme se vacunan los maestrosAhora, más que nunca, saber es poder. Liberemos a nuestros estudiantes de las cadenas de su ignorancia, para que la recuperación en curso sea duradera.