La RD, un país de contrasentidos históricos

La RD, un país de contrasentidos históricos

La RD, un país de contrasentidos históricos

Alex Ferreras

Para la lógica clásica no es cierto que una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo; no se sostiene. En uno de los soliloquios de “Hamlet” Shakespeare afirma: “Ser o no ser, esa es la cuestión”.

En un pequeño punto ardiente de la geografía mundial, “Hay un país en el mundo…” en que la lógica aristotélica y el célebre dilema hamletiano a todas luces se desmoronan. Para muestra, unos cuantos botones se estrellan en plena cara de la patria de Duarte:

1. En la Reconquista, Juan Sánchez Ramírez lucha contra Francia a favor de España, en contraste con el resto de los países hispanoamericanos, que se sacudían de encima el yugo del antiguo imperio;
2. Duarte es desterrado por Santana a menos de seis meses de lograda la Independencia;

3. Mella, inexplicablemente santanista, fue de los que negoció la anexión del país a España y luego la combatió en la Restauración;

4. Santana vuelve las armas contra sus hermanos de tierra en las gestas restauradoras. Una actitud muy similar asumirá un siglo después un Héroe Nacional que ordenó la llamada “Operación Limpieza” con la que masacró a la población civil cuando la guerra de Abril devino en patria en 1965;

5. Los restos de Santana reposan en el Panteón de la Patria, frente a los de María Trinidad Sánchez, a quien había fusilado; 6. Al principal hospital de Santiago lo bautizan con el nombre de un presidente partidario de la unificación de la isla junto con el gobernante haitiano NissageSaget;

7. Galván –en su rabiosa hispanofilia– recrea un presunto idilio entre los aborígenes de Quisqueya y los españoles coloniales en su novela “Enriquillo” cuando el grueso de los escritores indigenistas en Hispanoamérica tiene como común denominador condenar la opresión y explotación de los indígenas de manos de los españoles y sus descendientes directos en el Nuevo Mundo;

8. A un municipio de Neiba le cambian el glorioso nombre de Cambronal precisamente por el de Galván, en tiempos de Trujillo;

9. Una estación del Metro lleva el nombre de Balaguer, y otras dos, el de Mamá Tingó y Amín Abel;
10. Diversas calles de Santo Domingo y del interior del país llevan nombres de antihéroes y villanos;

11. Entre otros varios desaguisados históricos, al Marqués Vargas Llosa el Ministerio de Cultura en la gestión gubernamental 2012-2016 le concede el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, tiempo después de habernos denigrado como pueblo y cultura en su melodrama “La fiesta del chivo”; lo mismo, tras haber escrito un artículo donde nos comparó con el régimen nazista y sus campos de concentración en nuestro territorio por haber regularizado nuestra caótica política migratoria.



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