Santo Domingo.-El simple contacto con la pringamosa o “mala mujer” pone a cualquiera con los pelos de punta, pues la urticante planta es calificada como “dañina” por provocar alergias a su contacto.
Científicamente es conocida como Urera baccifera (L.) y pertenece a la familia de las Urticaceae, figura entre las plantas “dañinas” del país, siendo curiosamente llamada “mala mujer”.
“Este nombre le fue dado por hombres que, usualmente, andaban por los montes y tenían contacto con ella”, señaló Brígido Peguero, encargado de Taxonomía y Exploraciones del Jardín Botánico Nacional.
Paradoja
De acuerdo a Peguero, muchas especies vegetales usadas en la medicina popular producen algunas afecciones, como: alergias, dermatitis por contacto o son vesicantes (que queman la piel), llegando algunas a producir necropsis (muerte de las células).
Peguero afirma que las partes o derivados de esas plantas que pueden producir esas afecciones son las hojas, el látex o savia (que llaman “leche” si es blanca y densa), los frutos, las flores (usualmente es el polen el que causa alergia).
En el caso de las hojas, están dotadas de unas finísimas celdas o “pelitos” que al rozarlas dan unos pinchazos que en algunos casos molestan y hasta duelen como picadas de avispa.
No obstante, se trata de un mecanismo de defensa de la planta para evitar ser depredada por insectos u otros herbívoros, como sucede, tienen espinas sobre el tronco y las ramas.
Particularidades
Se caracteriza por ser un arbusto de tejido leñoso poco consistente, que puede alcanzar de 1.5 a 4.0 metros de altura (a veces más).
El tallo tiene aguijones agudos. Sus hojas son ovadas o redondeadas, de 10 a 35 centímetros, con pelos urticantes. Las flores son pequeñas, pero muy vistosas, color púrpura a rojizas.
En el argot popular, esta planta también sirvió de inspiración al desaparecido músico de “perico ripiao” Dionisio Mejía (Guandulito) para crear una composición que hace alusión a una burra que no quería caminar, entonces una señora que la llevaba con las riendas en las manos le colocó hojas de esta planta debajo del rabo, en la “gurrupela”, y el animal echó a correr, le pasó por delante a la señora y llegó primero a su destino.
También se dice que cuando una mujer es muy guapa, conflictiva, revoltosa o jodona se dice que “esa mujer es una pringamosa”.
Sus usos en la medicina popular del país
Brígido Peguero revela que hasta las especies consideradas “dañinas” pueden ser muy beneficiosas en términos medicinales o maderables. Agrega: “La pringamosa tiene amplio uso en diferentes países.
Aquí se usa mucho en las llamadas “botellas curativas”, junto con otras plantas como guayuyo, broquelejo, maravelí y timacle.
Esas “botellas” consisten en una decocción de las raíces. Se aplican como “depurativos” de la sangre, para “limpiar” la matriz después que la mujer da a luz y contra enfermedades de transmisión sexual.
Paradójicamente, se usa como antiinflamatorio; también de analgésico, contra la malaria, dolores artríticos y de reumatismo, como diurético.