La primavera americana

La primavera americana

La primavera americana

David Alvarez

Una cosa es cierta, los afroamericanos se cansaron de ser humillados en Estados Unidos. Ni la guerra de Secesión, ni la lucha por los derechos civiles en los años 60, ni siquiera la presidencia de Obama, refleja que los afroamericanos y afroamericanas se han liberado de su condición de ciudadanos de segunda categoría.

El racismo de la policía de muchas ciudades de Estados Unidos es un reflejo de un sistema bien articulado que mantiene sometida a la población de origen africano a niveles económicos, sociales y políticos muy por debajo de la condición de los anglosajones.

La única vía de escape que le deja el sistema norteamericano es los deportes y el crimen. Ni las políticas de discriminación positiva, ni los casos aislados como Obama, son señal de que la discriminación ha cesado.

Siempre son considerados de menor valía que los blancos, hasta las películas que produce Hollywood son una herramienta para sostener esa situación.

Recuerdo cuando una profesora de inglés nos comentaba en SIUC lo que eran los matrimonios mixtos, como si fuera una suerte de patología, que personas de diferentes razas se casaran.

La segregación es permanente, hay barrios para afroamericanos, iglesias para afroamericanos, y hasta ciudades para ellos. Son guetos bien articulados.

La indiferencia del Estado ante los damnificados de Katrina es un buen ejemplo del poco valor que los afroamericanos representan para quienes dirigen la nación de Lincoln.

Ahora son los afroamericanos, en algún momento serán los latinos.
Vienen cambios en Estados Unidos.



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