¿Cuál es la crianza que les estamos dando a nuestros hijos? ¿Sabemos lo que nuestros hijos tienen en su corazón? ¿Qué pensamientos pecaminosos está almacenando en su corazón?
Como padres tenemos un mandato de criar a nuestros hijos en la disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6.4), debemos expulsar la sandez ligada en el corazón de nuestros vástagos.
¿Cómo puedo echar las cosas malas que tiene mi hijo en su corazón?
Dice Lou Priolo en su libro “Corazón de Enojo” lo siguiente:
“Como padre, al aprender hacer preguntas específicas, usted puede sacar del corazón de su hijo la información necesaria para ayudarlo a diagnosticar bíblicamente cualquier problema pecaminoso que aloje el corazón en su interior”… Usted comenzará a cuestionar a su hijo de una forma sabia, tomará la Escritura como herramienta para hacer un diagnóstico de la conducta de tu hijo.
La Biblia es el manual aprobado por Dios para tener un juicio correcto de los pensamientos y los motivos. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4.12).
Usted ahora va ayudar a su hijo a cambiar no solo sus palabras, actos y actitudes, sino también (y más importante) sus inclinaciones e impulsos.
A nuestros hijos debemos preguntarle con un espíritu apacible y amoroso, no ser ásperos con ellos sino amonestarlos en amor y mansedumbre.
Nuestra pregunta será con un espíritu de sabiduría de Dios y no por inteligencia humana. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón (1 Samuel 16:7); dejemos que Dios mire sus corazones a la luz de su Palabra y no por nuestra experiencia.