Definitivamente los intereses políticos y económicos están teniendo cada día más incidencia en las actividades deportivas, que en algunos los organismos que la dirigen no tiene otras alternativas que aceptar las imposiciones .
El caso más reciente, aunque es una lucha que viene de lejos, conmovió ayer a la Federación Internacional de Boxeo Aficionado (IBA), cuando el Comité Olímpico Internacional (COI), recomendó a la asamblea que le retire el reconocimiento al organismo boxístico, que está bajo la dirección del del ruso Umar Kremlev.
Todo estos inconvenientes se han incrementado tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Lo interesante sería saber si los atletas de ese país al igual que los de Biolorrusia, aliada a Moscú en la guerra, tienen responsabilidad en esto para que no se le permita competir en eventos internacionales, representando a sus respectivos países.
Estas prohibiciones a atletas de distintos países no es nada nuevo, dado que la política viene incursionando en los eventos deportivos sin ningún tipo de tapujos, ya es a la clara.
Es lamentable que una disciplina como el boxeo que históricamente la sido una de las más representativas en todos los eventos de carácter universal, sea penalizada sin tomar en cuenta el daño que le produce a miles de atletas.
Ojalá que este pedimento no se materialice y que en la reunión del 22 de junio se apruebe que el boxeo continúe siendo parte del programa de los Juegos Olímpicos de París 2024.