La política monetaria en un contexto de incertidumbre

La política monetaria en un contexto de incertidumbre

La política monetaria en un contexto de incertidumbre

Daris Javier Cuevas.

Para los bancos centrales no es tarea sencilla combatir la incertidumbre en un contexto de vulnerabilidad económica global y esa es una razón poderosa para que estas entidades diseñen y ejecuten la política monetaria sustentada en un manejo estratégico sostenible de corto y mediano plazo, no en respuestas de corte coyuntural.

En tal sentido, la transparencia y una comunicación efectiva han de ser el objetivo fundamental para mitigar la incertidumbre al momento de poner en ejecución las decisiones de política monetaria.

Los bancos centrales cargan con una responsabilidad inmensa que repercute de manera contundente en la anatomía de la actividad económica, tal como lo es pronosticar la inflación con un cierto grado de precisión, en la inteligencia de que se trata de que este es el epicentro de la política monetaria.

No obstante, hay que reconocer que la autoridad monetaria implementa decisiones apoyada en información con característica parcial y restringida sobre el curso y tendencia real de la economía.

Bajo la premisa planteada, se interpreta que se construye un escenario donde coexiste un alto coeficiente de incertidumbre en cada fase del proceso que debe estar relacionar a los instrumentos de política monetaria con sus objetivos. Es así como las acciones de política monetaria inciden de una manera determinante en el comportamiento de la economía, por lo que, el banco central ha de ser lo suficientemente creativo para el manejo de la política monetaria en un escenario forrado de incertidumbre.

Hay que tener presente que la incertidumbre no tan solo se limita al estado actual de la economía, sino que va más allá, en el entendido de que existe un cierto rezago en variables macroeconómicas relevantes, como el PIB, las cuales resultan ser informaciones imperfectas e imprecisas y esenciales al diseñar la política monetaria. En adición, la economía está expuesta a Shocks de los cuales se carece de precisión de su origen y el grado de persistencia de la misma, lo que permite inferir que la política monetaria que se ejecute, de por sí, tiende a constituirse en una fuente potencial de incertidumbre, y que se incuba por las inconsistencias y fallas de coordinación que se genera.

Bajo los criterios planteados, se puede inferir que la incertidumbre en un contexto económico desfavorable construye un escenario de elevada discrepancias fruto de que el Banco Central puede realizar proyecciones que se distancian del funcionamiento real de la economía, generándose así una trampa de alto riesgos cuando las cifras serias se manipulan para agradar al gobierno. En medio de una crisis económica, los bancos centrales no deben prestarse a incorporar dentro de sus funciones elementos de carácter político, no tan solo porque desnaturalizan su rol, sino porque su diagnóstico de la situación de la economía y sus posibles tendencias terminan alimentando la desconfianza, deterioran la credibilidad y fomentan incertidumbre en los agentes económico.

No se puede echar a un lado el hecho de que la política monetaria se fundamenta en la incidencia que tiene el dinero en la economía, por tanto, corresponde al Banco Central descansar en esta herramienta para mantener la estabilidad de los agregados monetarios, por consiguiente, cumplir su principal función que es la estabilidad de precios. Es por tal razón de que el conjunto de instrumentos y medidas monetarias de la cual dispone el Banco Central para la ejecución de la política monetaria tienen el propósito fundamental de preservar la estabilidad monetaria y financiera de un país y desarticular cualquier amenaza adversa a la balanza de pagos.

A raíz de las recientes medidas de estímulos monetarios y de tipología de política monetaria expansiva por parte del Banco Central de la Republica dominicana, se entiende   que se hizo una ponderación de las consecuencias y riesgos que esto implica. Esto se fundamenta en que, para tales fines, el legislador fue sabio cuando en el articulo 15 de la Ley monetaria y financiera, Ley No. 183-02, se establece la prohibición del Banco central para otorgar crédito al gobierno u otras instituciones públicas, lo cual es reiterado como operaciones prohibidas para las entidades de intermediación financiera, conforme con el espíritu del literal h del artículo 45, de esta misma Ley, previendo la posibilidad de una triangulación simulada.

También es valido tener presente la audacia de los constituyentes del texto Constitucional del 2010 al consagrar en el artículo 227 las funciones y objetivos de la Junta Monetaria y el Banco Central, en armonía con la Ley No. 183-02, asignando a estas instituciones la responsabilidad de dirigir de una forma adecuada la aplicación de las políticas monetarias, cambiarias y financieras de la nación. Esto queda reforzado con el espíritu del artículo 228 que señala que el objeto del Banco Central es velar por la estabilidad de precios, haciendo que la política monetaria sea más previsible para disminuir la incertidumbre, lo que permite interpretar que nada ni nadie puede obligar a las autoridades monetarias a modificar las prioridades ante posibles perturbaciones que podrían engendrarse en el entorno económico, ambas normas han de ser blindadas en todo momento y en cualquier circunstancias.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD